Corrupción comunista
“El ministro Olesker se ve a sí mismo como un cruzado. Un valiente luchador social que por su
abnegada defensa de los humildes, enfrenta en un combate épico a la oposición,
a la prensa, al neoliberalismo, a "la derecha". La realidad, gran
enemigo histórico de la fe ideológica que profesa el jerarca, es bastante menos
heroica (…) En las últimas semanas el Ministerio de Desarrollo Social ha estado
en los titulares por varias razones negativas. Este domingo, El País informó
que el Tribunal de Cuentas (TCR) observó al Mides por haber decidido en forma
directa el pago de unos 900 mil dólares a una asociación civil por un servicio
de gestión de planes sociales. Esa asociación, vinculada notoriamente a uno de
los partidos integrantes del oficialismo, según detectó el TCR está integrada
además por gente que ya trabaja para ese ministerio, lo cual violenta las
normas de la administración pública a varios niveles. Como si fuera poco, el
contrato preveía un pago inicial de US$ 230 mil, algo también ilegal”. Editorial de El País (15/11/12).”
A estas cosas llegan los comunistas en el afán de que
sus delirios sociales se hagan realidad. Terminan corrompiéndose y corrompiendo
todo.
La finalidad de todo esto no es otra que comprar votantes
y esclavizarlos a través de la dependencia económica.
No salen ni saldrán jamás de la pobreza por esa vía,
lo saben bien y poco les importa.
La teoría que les cierra, los lleva a pensar que no
pueden estar equivocados, como lo han estado todos los que lo intentaron antes
y fracasaron.
La soberbia los hace pensar que ellos sí van a lograr,
generar al tan esquivo hombre nuevo, que no alcanzaron ni Stalin, ni Lenin, ni
Mao, ni PolPot, ni los Castro.
Dijo sabiamente Ayn Rand: “No hay diferencia entre comunismo y socialismo,
excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone
esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio”.
Lonjazo
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