Todo cambia...

En otras épocas, si un gobierno se atrevía a derogar un decreto para poder acomodar mas amigos y clientes políticos, la prensa, los diputados, los senadores, las calles, estallaban de indignados ciudadanos, que con justa razón, protestaban contra estos acomodos politiqueros, porque son atentos ciudadanos que controlan a conciencia lo que hacen sus representantes, y no les soportan estos actos de corrupción.
Pero ahora, como lo hizo el gobierno progre, nadie hizo ni dijo nada.
Moraleja, nunca fueron celosos ciudadanos preocupados por la corrupción, sino una tristona majada de idiotas bien mandados, que ahora con su silencio cómplice, respaldan el amiguismo y clientelismo que tanto criticaron y que con su voto que el alma pronuncia, querían cambiar.
Vaya si hay cambios. Esto antes no se hacía.
Era hora de empezar a ver cambios, caramba.
Lonjazo.