Logo

El logo del gobierno, un solcito por la mitad, que pretendió simbolizar un amanecer glorioso, terminó siendo el símbolo del fracaso, con el que se identifica correctamente.
Es el símbolo de la media luz, de la mediocridad, del vaso medio vacío. De ideas retrógradas, perimidas y mil veces fracasadas.
Con ese patético logo como telón de fondo, el Presidente nos desarrajó un acto político partidario, para engrupir a un grupúsculo de incondicionales, que entropillaron en todo el país en 100 omnibuses, usando para ello los dineros de todos los orientales.
Eligió el presidente, fiel a su loguito mediocre, serlo de algunos uruguayos y no de todos.
Por eso su logo y no el Escudo Nacional.
Sin tapujos ni vergüenza, pagó su acto corrupto de autobombo personal, con nuestros impuestos, de espaldas a la Constitución.
Ninguna diferencia con los dictadores y cuasi dictadores a los que refirió directamente en su largo y cantinflesco discurso.
Una verdadera pena y vergüenza que los orientales, otrora tan orgullosos de nuestro nivel, estamos pagando por haber votado tan mal.

Lonjazo.