Tragndo sapos

Como es sabido, durante la campaña electoral, el entonces candidato Dr. Vazquez, se apresuró a nombrar a su futuro ministro de economía en las puertas del FMI.
De esa forma, según los expertos, se aseguró el plus de votos que necesitaba para llegar al poder, y lo logró. Por poquito, pero lo logró.
Hubo mucha gente que lo votó, porque creyó que con ese ministro no habrían cambios y que todo seguiría igual. Son los que pensaban que nada iba a pasar y que había que dejar que se sacaran las ganas.
Mientras que los votos que ya tenían cautivos, no iban a dejar de serlo, por esta noticia. Son los que pensaban que después iban a presionar para que se cumpliera el programa prometido, ese que nadie logró leer todavía.
En realidad era como juntar agua con aceite, y tal mezcolanza sólo podía prometer un futuro de mucha, pero mucha gente descontenta.
Descontentos quedarían los “de toda la vida” si Astori cumplía con el FMI, o descontentos quedarían los recién capturados, si no lo hacía. Pero todos contentos, imposible.
Y en esas batallas verbales y de las otras, están hoy en día los progresistas en apenas 50 días de gobierno “popular”.
Porque no se puede chiflar y comer gofio.
No se puede decretar precios y subsidios y acordar con el FMI a la misma vez.
No se puede perdonar deudores y pretender que haya crédito a la misma vez.
No se puede ser liberal y socialista a la misma vez, a menos que se caiga en una contradicción insalvable, con la que, de todos modos, tanta gente se las ingeniaba para vivir y dormir sin sobresaltos, cuando estaba en una facilonga oposición.
Pero las cosas son como son y los líos que algunos imaginábamos que inexorablemente vendrían, ya empezaron a llegar, mas temprano que tarde y con mas decibeles que los imaginados.
Y fue así que Astori volvió de USA con un soberbio par de gordos y relucientes sapos en la valija, a saber: el acuerdo con el FMI y el tratado de inversiones con USA.
Ahora, luego de una reunión con el Presidente para contarle las buenas nuevas y planificar la estrategia, hay que ir al Parlamento a hacerle deglutir los robustos batracios a los díscolos, progresistas y supersensibles parlamentarios del FAEPNM... etc, que como es sabido, siguen aferrados a los vacíos eslóganes de las épocas de oposición, sin haberse avivado que son gobierno.
A despertar se ha dicho, muchachos, y buen provecho.
Y mucha sal de fruta, porque se vienen peores y mas grandes sapitos, para futuros desayunos.
Lonjazo.