La mosqueta

A ver, a ver, adonde esta la bola, adonde esta la bola, va diciendo el virtuoso de las manos, con acento abrasilerado, esperando que el incauto apueste y pierda.
El viejo juego de la mosqueta, juega con la ingenuidad, con la ambición, con la ganancia fácil, con la naturaleza humana, pero siempre apostando con plata ajena.
Con la ley de aborto, estamos jugando a la mosqueta, pero apostando con la vida y la vida ajena. Así es fácil.
Ya basta por favor de semántica, por referir de una forma elegante, al palabrerío fascista y mendaz.
Esta malhadada ley no despenaliza el aborto, lo autoriza lisa y llanamente, por la sola voluntad de la madre, siempre que se esté por debajo de determinada cantidad de semanas de gestación. Como si fuera tan fácil, medir con exactitud la gestación!!!
Y como si fuera poco, obliga a las mutualistas a hacerlo, aunque no puede obligar a los médicos que, por razones de conciencia, se nieguen.
La gran idea madre, lo ideal para toda la sociedad, sería terminar con el aborto, o disminuirlo lo mas posible, eso sería lo sano, bueno y noble.
Alguien puede pensar que, legalizándolo, van a disminuir los abortos?
Los embarazos indeseados, son producto de irresponsables o ignorantes y se combaten con educación en valores y responsabilidad, pero nunca matando al producto de la irresponsabilidad e ignorancia.
Si alguien que pensaba abortar, se abstenía por miedo a la sanción, ahora ya ni ese freno tiene. La lógica consecuencia esperable, es que aumenten.
Es verdad que los abortos existen, igual que las rapiñas y los hurtos, pero alguien puede pensar que esas lacras sociales, se pueden combatir despenalizando los delitos? Porque entonces, va a pasar algo distinto en el caso del aborto?
El Dr. Sanguinetti, ha expresado que nadie quiere un aborto, y menos aún la madre, que acude a hacerlo en estado de desesperación, que eso es una pérdida para todos, un fracaso, etc., y que por eso, entiende que, encima de tanta cosa horrible, sancionarlo, es algo casi inhumano.
Respetable opinión, pero igualmente aplicable a los demás delitos.
O es posible que alguien vaya a rapiñar o asesinar con alegría?
Allí también pierden todos. Pierde el delincuente y pierde la víctima, curiosamente, igual que en el aborto, salvo que en este caso, de la principal víctima, la que deja la vida en el asunto, nadie se acuerda.
Queda claro que, autorizar la acción no evita los males que produce, ni los alivia.
Pero fuera de toda discusión moral o social, está el aspecto jurídico.
Autorizar el aborto por vía legal, es violatorio del Pacto de San José de Costa Rica, también conocido como Convención Latinoamericana de Derechos Humanos, que en ese aspecto, no deja duda alguna acerca de cuando comienza la vida humana y por lo tanto su protección y es ley en nuestro país.
Puede una ley ordinaria derogar un Pacto Internacional?
Como estamos quedando frente a tal compromiso internacional?
Estamos desacatando o denunciando un tratado?
El Senado de la República votó una norma contraria a un tratado y la Constitución?
Por otra parte, es curioso como los defensores de los DDHH, siempre tan atentos para su defensa, hoy pueden oponerse a lo establecido en un tratado internacional, redactado y aprobado para su protección.
En algunos casos, será la vieja hipocresía populista, en otros casos, tal vez sea el oportunismo político, para dejar en blanco al presidente Vazquez frente a su partido, forzarlo a vetar como ha prometido, pero en cualquier caso, la timba es con los inocentes, que no pueden ni siquiera gritar su dolor.
Mientras tanto, unos festejan y otros lloran, y todos son miembros de la misma sociedad, que en esto, como en tantas otras cosas, está partida.
Unos festejan, quién sabe que, porque como bien dijo el Dr. Sanguinetti, no hay mucho allí para festejar, y otros lloran, porque de aprobarse definitivamente esta ley, se seguirá asesinando seres humanos indefensos e inocentes, pero ahora, con mayor facilidad, con todas las garantías de higiene y seguridad que brinda el estado y sin riesgo de castigo alguno.
Como olvidar estas palabras!!!
“Si no los quieren, esperen a que nazcan y me los traen que yo los crío, pero no los maten”… Madre Teresa de Calcuta…
“El mal, nunca puede ser camino hacia el bien”, Juan Pablo II.
Lonjazo.