Sr. Embajador

"El senador de Alianza Nacional Sergio Abreu realizó ayer en la Cámara alta una severa crítica el embajador de Uruguay en Italia, Alberto Breccia, por una carta de adhesión a la candidatura de José Mujica que fue leída en un acto público y firmada como representante diplomático. Abreu dijo a El País que también planteó su queja al canciller Gonzalo Fernández por este episodio que supone "una degradación institucional".
La carta de Breccia fue leída en el acto de lanzamiento de campaña de Mujica el pasado jueves 5. Tras expresar su "convicción de haber elegido" a quien consideraba "el mejor para liderar el largo camino hacia la justicia social" el embajador y ex senador del Espacio 609 expresó su "certeza absoluta" del triunfo del Frente Amplio en primera vuelta en 2009, según el texto de la carta publicada la semana pasada por el semanario Búsqueda. "Unidos hacia el segundo gobierno del Frente Amplio, contigo Pepe y con la gente. ¡Viva el pueblo Unido! ¡Viva el Frente Amplio!", remató el diplomático.
Abreu dijo que los embajadores representan al Estado, ni siquiera a un gobierno, y que tienen vedadas las manifestaciones políticas por normas constitucionales, por el Estatuto de los Funcionarios del Servicio Exterior y por la Convención de Viena.
"Es inadmisible que un embajador, que además es abogado, tenga estas conductas inadecuadas que peligrosamente degradan el ordenamiento institucional y violan normas muy claras", dijo Abreu."
Correcta la posición del Senador Abreu, por cuanto debe ser uno de los mejor dotados en materia de relaciones internacionales, profesional y personalmente.
Por su educación, por su trayectoria impecable y por su vasta experiencia.
Atributos todos que contrastan escandalosamente con la absoluta falta de profesionalidad y experticia en esos temas al gobierno y por ello, es que nombran a cualquier chanta en los cargos y después pasan las cosas que pasan, hacíéndonos caer en la vergüenza institucional y el descrédito.
Estas cosas son las que nos convierten en un "paisito".
Pero poco puede esperarse de un Poder Ejecutivo en materia de disciplina, cuando él mismo está en "pecado" desde el mismo primer día.
Porque tanto el Presidente como el Ministro de Relaciones Exteriores, violan la Constitución contínua y permanentemente, actuando al borde del delito.
Mal pueden, entonces, disciplinar a un embajador por violar la constitución y las leyes.
Un verdadero mamarracho cuasi bolivariano.
Lonjazo.