Con el auspicio del MEC, una ONG va a publicitar una serie de imágenes de homosexuales besándose, bajo el eslógan, "un beso es un beso".
El colectivo se auto denomina, ovejas negras y hará su publicidad a través de gigantografías en los omnibuses, en la TV y en la radio.
Dos canales se negaron y otro lo va a publicar en horario nocturno, es decir, fuera del horario de protección al menor.
La gran pregunta es: los carteles fijados en los omnibuses, también se pondrán de noche o estarán durante todo el día, a la vista y paciencia de niños, adolescentes y padres?
Mas allá de lo desagradable, el MEC, sigue actuando a espaldas de la realidad y sin pensar en la Constitución.
Porque esto no se justifica en la no discriminación, ha pasado a ser una propaganda a favor, una forma oculta y malsana de deseducación deliberada, que proyecta poner a germinar en la mente de los niños y jóvenes, que la homosexualidad es algo normal y hasta bello, cuando no es ni una cosa ni la otra.
Ignoro que le debe este gobierno al submundo de la homosexualidad, pero parecería ser mucho.
Somos legiones, los ciudadanos que consideramos la homosexualidad como algo anormal e inmoral y tenemos derecho a que nuestros hijos, no se desarrollen viendo como el gobierno lo publicita como algo bueno y deseable.
Los que así pensamos, estamos siendo discriminados, y la Constitución prohibe todo tipo de discriminación.
La obligación del gobierno, es evitar, proteger a cualquier grupo social contra la discriminación, pero no tiene porqué salir, con esa excusa, a hacerle publicidad a ningún grupo, sea cual sea.
Así, mañana podríamos ver afiches publicitando a los "cultores del sexo oral" o al "colectivo por el porno libre" y el gobierno debería autorizar su exhibición pornográfica en los omnibuses y la televisión!
En fin, una nueva desnaturalización de la moral colectiva, con que el progresismo intenta destruir la sociedad conocida y tradicional.
Debe ser una de las formas de obtener al hombre nuevo, ese que tanto sueñan.
Pero nadie lo ha sabido decir con la belleza incomparable de la prosa de Rodó.
"Yo creo indudable que el que ha aprendido a distinguir de lo delicado lo vulgar, lo feo de lo hermoso, lleva hecha media jornada para distinguir lo malo de lo bueno… Cultivar el buen gusto no significa solo perfeccionar una forma exterior de la cultura, desenvolver una actitud artística, cuidar, con exquisitez superflua, una elegancia de la civilización. El buen gusto es una rienda firme del criterio… Hay una relación orgánica, una natural y estrecha simpatía, que vincula a las subversiones del sentimiento de la voluntad con las falsedades y las violencias del mal gusto."
Esta publicidad de lo inmoral, entre otras cosas, es ordinario, terraja o dicho civilizadamente, de patético y simple mal gusto. En definitiva, un intento de igualar hacia abajo.
Para que los inmorales no se sientan excluidos, no encuentran mejor camino que convertirnos a todos en inmorales.
Como predijera Discépolo, "los inmorales nos han igualao".
Lonjazo.