Reforma tributaria?

Hace mas de un año, y ya transitamos la mitad del segundo año de desgobierno progre, que la sociedad está, luego del asombro paralizante inicial, enfrascada en la discusión de la “reforma tributaria”, y en definiciones bizantinas, tales como “que es renta y que no lo es”.
El gobierno progre se pasó 20 años pontificando la famosa reforma tributaria que, según su infalible sabiduría, necesitaba el país como el mismo aire o la lluvia.
Nos empezó sorprendiendo, cuando presentó un proyecto a mediados del 2005 que, según el Ministro Astori, estaba destinado a ser discutido durante el 2006, para ser puesto en práctica durante el 2007. Y es lo que está sucediendo.
Y discutido por quienes? Por toda la sociedad, políticos, economistas, actores sociales, parlamentarios, ministros, profesionales liberales, sindicatos, etc… Todo el mundo opinando democráticamente, como les gusta vanagloriarse a los demagogos, incluso los que no saben ni sumar dos mas dos.
Francamente, yo esperaba que después de tantos años de promesas, lo menos que podían traer era un proyecto tan, pero tan afinado y listo, que ya en el primer mes de gobierno podía votarse y ponerse en marcha, especialmente contando con mayoría parlamentaria, pero no fue así, la mano venía para charla larga.
De haberlo hecho así, se hubiera demostrado una gran confianza en sus planes y proyectos, y no menor, una buena cuota de prudencia, por cuanto, hubieran contado con casi cinco años de gobierno, para ir acomodando las eventuales circunstancias adversas, que seguramente toda reforma de ese tipo acarrea.
Porque a no engañarse, toda reforma tributaria, de suyo va con el problema de salir de una situación segura hacia una que, en la marcha, se va a ver si funciona y como.
Quizás es por eso, que sorprende mas todavía la magnitud y forma del planteo, tal como lo hace el gobierno.
Veamos.
Se presenta a mediados del primer año, para que se discuta durante el segundo y se apruebe y ponga en marcha durante el tercer año de gobierno, cuando ya prácticamente el país se empieza a meter en la próxima campaña electoral.
Ante esto, lo primero que se me ocurre es, si habrá tenido en cuenta el Sr. Ministro, que sucedería si al tercer año de gobierno, la cosa no funciona como estaba supuestamente previsto, en materia financiera y en materia política, cosas que, guste o no, van indisolublemente unidas.
Estará el gobierno listo para afrontar las consecuencias políticas que suponen meterle la mano en el bolsillo a jubilados, trabajadores, empresarios pequeños y medianos, es decir a toda la clase media? Lo habrán evaluado?
Pensar que no evaluaron estas cosas, sería pensar que estamos gobernados por gente políticamente tonta y pensar eso, es simplemente absurdo.
Si algo a caracterizado a la izquierda, es justamente lo contrario. Son astutos, pacientes, planificadores, técnicos y muy pero muy inteligentes, muchos de ellos.
Lo que no quita que sean demagogos hasta la caricatura e incapaces de apreciar la diferencia entre el bien y el mal. (Prefiero creer eso antes que creer que si son capaces y eligen el mal).
Entonces, si damos por bueno que evaluaron todo el panorama presente y futuro, como se hace para creer que este proyecto de reforma tributaria es algo serio y que realmente quieren que se apruebe?
No será mas fácil creer y aceptar, que sólo se trata de un gigantesco bluf, del cual el Ministro y el gobierno siempre van a salir bien parados?
Supongamos que no se aprueba la reforma propuesta.
En este caso, si se da vuelta la taba y al país le va mal, va a poder decir, “yo les propuse un cambio, les dije que era esencial pero no me lo aprobaron, y ahora pagamos las consecuencias”. Aunque sea una mentira, le va a venir al pelo y va a salir como víctima y no como otra cosa y todavía acusando.
Ahora, si no se aprueba y le sigue funcionando bien, el Ministro Astori, podrá poner cara de inocente y decir, “yo propuse la reforma como prometimos y el pueblo no la quiso y a pesar de eso, como soy un fenómeno, aún sin reforma, igual logré que el país creciera y mejorara económicamente, aunque si me hubieran seguido con la reforma, estaríamos todavía mejor”.
Hace falta decir que el país sin reforma está creciendo y mejorando, gracias a la estructura tributaria y financiera actual, y la política económica, herencia maldita del gobierno anterior?
Creo que no.
Y si es así, alguien puede creer que el Ministro Astori va a cambiar de caballo en el medio del arroyo, en el tercer año de gobierno, cuando le está funcionando todo bien?
A santo de que, se va a timbear la estabilidad y crecimiento conseguidos y con eso, su prestigio profesional y político?
Ahora, supongamos que la reforma se aprueba y se le da vuelta la taba, cosa mas que probable, porque una reforma no se puede saber como funciona hasta que recaude y eso, puede llevar meses de transición imposible de prever, mientras los actores sociales enrojecen sus gargantas con los recuerdos de sus ancestros.
En tal caso, no podrá pasarle la responsabilidad a nadie, y será su muerte política.
Francamente, en lo que me es personal, hasta que no vea esta reforma convertida en un hecho, funcionando, sigo sin poder creer que es algo serio.
No me entra en la cabeza que un profesional como Astori, se juegue tantas cosas a un caballo desconocido.
La forma de llegar al gobierno fue proponer algo opuesto a lo que existía, mientras se le hacía creer al votante que justamente esa, era la fuente de todos los males.
Demagogia pura, me dirán y es cierto, pero funcionó.
Ahora, en el gobierno, hay que gobernar sin cambiar nada porque todo viene funcionando bien, pero al mismo tiempo, hay que “cumplir” la promesa de cambios.
Como no pueden cambiar algo que funciona bien, porque sería absurdo, la única salida es montar una comedia como la de la reforma tributaria y aprovechar para salir bien parado.
Imposible? El pueblo uruguayo ya se ha tragado sapos mas gordos y una buena parte, todavía ni se dio cuenta.
Del verso del neoliberalismo y los cambios, ya nadie se acuerda, desgraciadamente.
Si se confirma esta teoría, el tiempo dirá, habrá que reconocer que son unos demagogos geniales. Lonjazo.