Vientos de guerra

Aunque aparentemente terminó siendo un pamperito de verano, vientos de guerra soplaron en nuestro continente, como era de esperar, ante la locura ya imposible de ocultar del primate que desgobierna Venezuela.
En realidad, guerra ya hay hace años, pero entre un país y una mafia narco-terrorista, pero hace ya muchos años que no veíamos tropas en las fronteras con ánimo bélico.
Y es tal el delirio, es tal el desparpajo, que ya ni llama la atención.
Veamos.
Bandas armadas a guerra, se desplazan a placer en las selvas tropicales que pertenecen a varios países.
El objetivo es simple, golpean en Colombia y se refugian en países vecinos, que aparecen como amigos, en documentación incautada, amparándose en los mas caros principios que rigen las convenciones internacionales, no intervención, solución pacífica de las controversias, etc.
Y al decir “golpean” estamos diciendo, secuestros, asesinatos, tráfico de drogas, de armas, y demás delitos gravísimos.
Y no necesitan ir muy lejos, con solo un par de kilómetros es suficiente para echarse a dormir tranquilos, con pijama y todo, en estupendos campamentos donde, como en las películas, no falta el buen licor, la buena compañía y controlando la hora en un regio y plotócrata Rolex, luego de cometer sus fechorías, bien protegidos por gobiernos vecinos que pretenden neutralidad, pero en realidad son “amigos”.
Porque si hay algo que no puede negarse, es que los narco-terroristas de las FARC, son los protegidos dilectos de Chavez y que los gobiernos de Ecuador, Nicaragua y Bolivia, también son los protegidos de Chavez. Por su dinero llegaron al poder y por su dinero, ahora lo tienen que seguir como perritos falderos.
Y tampoco puede negarse que el crecimiento de Chavez, además del petróleo y su inagotable caradurismo, es la protección que ha recibido de países “serios”, como España, y Rusia, que con total desparpajo e irresponsabilidad le vendieron armas.
Allá voló también la presidente de Argentina, a mostrar su directo apoyo, y quizás, porque no, a volverse con alguna valijita de dólares.
Ahí el gran problema.
Colombia está siendo agredida desde hace décadas, por una banda que nació con la finalidad político ideológicas, de instalar una dictadura comunista, pero con los años y los fracasos, se convirtieron primero en el brazo armado de las mafias productoras y traficantes de cocaína, y luego directamente en las mismas mafias.
Sabido es que hoy utilizan las facilidades venezolanas en materia de logística portuaria y aeroportuaria, para sacar su producto hacia USA y Europa, esa misma Europa que le vende armas.
Colombia, en el medio, sin poder defenderse debidamente, porque estas mafias se escudan en secuestrados inocentes, a esos fines retenidos y en conceptos y principios del derecho internacional que usan a gusto y gana. De no ser por eso, otro gallo cantaría, como quedó demostrado en la última acción fronteriza.
Y se ofende y protesta el presidente de Ecuador, ante la manija de Chavez, pero no explica que hacían en su territorio estos delincuentes, que no hace nada por combatir.
Total que se terminan juntando en cumbre internacional, y toda la verborragia, todos los insultos, todos los reproches, todas las amenazas, se terminaron convirtiendo en un abrazo de dudosa sinceridad, pero que sirvió para poner un poco de hielo en la sopa.
Ya veremos como evoluciona esta opereta bananera sudamericana.
Ojalá que no por el camino que va hoy, que bien puede llamarse, neopopulismo fascista.

Lonjazo.