Así estamos...

Formas de pensar que explican la realidad.
Veamos a modo de ejemplo, como piensan los gobernantes, observando y comentando una nota a un jerarca, lo que nos explicará porqué las cosas les salen como les salen.
Se lee en la prensa:
“Para frenar la interminable emigración de uruguayos, el país debe redefinir su modelo de sociedad: dejar de tener como referencia el "consumo desenfrenado" de las naciones desarrolladas y pensar en construir una nueva "mística" de país.”
Que querrá decir “una nueva mística”? El pobre no propone nada, mas que pensar en construir algo místico, pero que lo piense otro, no él. No ve la realidad aunque esta le pise los callos. No le gusta que los demás quieran consumir, como seguramente él consume, ahora que tiene grandes ingresos, y delira con una sociedad imaginaria que no lo haga. Y si a la sociedad no le gusta, puño cerrado y dedo del medio para arriba. Porque él, es bien intencionado y bueno. Por eso es de izquierda.
“Esa es la opinión del director de Asuntos Consulares y Vinculación del Ministerio de Relaciones Exteriores, Álvaro Portillo, ante un fenómeno claro: la emigración estructural y la permanente "expulsión" de jóvenes … está convencido de que Uruguay se debe una pregunta: ¿qué modelo de sociedad desea? "Si la sociedad tiene como modelo de referencia el proyecto de consumo desenfrenado de los países del Norte, será un tema de perseguir a la sombra", dijo Portillo a El País.
El funcionario entiende que las oportunidades en los países desarrollados siempre serán más atractivas que en Uruguay y que entonces el fenómeno de la emigración no se podrá cortar. "Hay que re definir el tipo de sociedad que se quiere. Eliminar en el imaginario de la gente el deseo de irse implica revalorizar la sociedad propia y trabajar todos para construir una mística de país donde se visualicen virtudes", opinó Portillo. Y sostuvo que debe valorarse la importancia de vivir "en el país al cual uno pertenece", aunque eso implique menor sueldo o menor proyección profesional que en otro país.”
Para empezar, tiene una opinión bien pesimista de las posibilidades del Uruguay. Ni siquiera nos visualiza virtudes, o no ve como tales a nuestros deseos. Típico de estos sujetos, solo ellos se ven virtuosos. Ignora que, por ejemplo, Irlanda estuvo hasta hace poco, mucho peor y ahora está entre los primeros del mundo en bienestar y “consumo”.
Si Irlanda pudo, porque no habría de poder Uruguay? Obviamente que para lograrlo hay que sacarse las telas de araña de adentro del cráneo y apostar a la actividad privada y al comercio internacional, y no a la repartija demagógica de impuestos demenciales. Hay que apostar a los TLC con países en serio y no a tratados incumplidos con vecinos corruptos.
Tampoco se plantea que los uruguayos quieran justamente eso, y es justamente eso contra lo que él y su gobierno luchan. Es decir, van a contramano de los deseos de la gente y de la realidad. Según él, debemos valorar vivir aquí, aunque sea de forma mediocre, disfrutando de ver como nuestros burócratas (como él) viven mucho mejor sin merecerlo.
“Portillo considera que "no es un tema del gobierno" frenar ese arrollador modelo de consumo, sino que la sociedad toda debe preguntarse si quiere un país "que siga puntillosamente los pasos del desarrollo de los países del Norte" o "uno que establezca un proceso de búsqueda, con otra idea de sociedad, medio ambiente y relaciones interpersonales". Uruguay, a juicio de Portillo, no debe tener como meta el crecimiento económico ilimitado "para un consumo ilimitado de la totalidad de sus integrantes".”
Para él, lo ideal es que seamos todos pobres y enfermos, eso sí, TODOS, sin excepciones. La meta del crecimiento económico no es bien vista por este ejemplo de virtudes.
El buen Portillo, no se convence que los seres humanos, no quieren ser “el hombre nuevo” que él ha soñado toda su vida. El ser humano no es, ni será como a él le gustaría, pero, utópico hasta la médula, no se entrega.
Dice que hay que redefinir a la sociedad, a su gusto y paladar, aunque seguramente ahora, que tiene buen sueldo, debe ser un buen consumidor, pero claro, eso es para él, no para los demás.
Habla de otra idea de sociedad, medio ambiente y relaciones interpersonales???, y reniega del ejemplo de las sociedades súper consumistas del norte.
Olvida que esas sociedades, hace muy poco estaban en la ruina y lograron lo que lograron, no precisamente por leer erróneamente la naturaleza humana sino por hacerlo correctamente. Ignora que la mas grande de todas, USA, hace 80 años, estuvo en la mas absoluta ruina y sin embargo, logró prosperar.
La opulenta Europa de hoy, estaba en ruinas hace 50 años y sus habitantes emigraban buscando justamente una mejor vida, que a su pesar, se traduce como consumo. Consumo de todo lo que agrada y alegra la vida. Consumo de vivienda, confort, tecnología, transporte, salud, educación para sus hijos, turismo, etc. A Portillo todo eso le parece malo, aunque seguramente él lo tiene, pero, para evitar que la gente se siga tomando el buque, propone cambiarnos a todos la forma de ser, sentir y pensar, aunque sea a prepo.
Habrá mediocridad pa todos o pa naides!!! Aijuna.
En fin, Portillo forma parte del equipo de Gargano. Que se puede esperar?

Lonjazo.