Increíble, pero cierto

Como resumen de una extensa nota, realizada por Búsqueda al Ministro Mujica, se extrae lo siguiente: “(Comentando su viaje a Nueva Zelanda) Destacaron (Mujica y su mujer) principalmente dos elementos de esa isla de Oceanía que lamentaron que falten en Uruguay. El primero es la organización y la seriedad de sus gobernantes y el segundo la cultura de trabajo de cada uno de sus habitantes. “Gracias a eso ellos, crecen y porque nos falta eso nosotros no avanzamos”, comentó Mujica al terminar la conversación”.
“Lo primero”, dice insólitamente nuestro insólito ministro, es “la seriedad de sus gobernantes”.
Y acto seguido dice que, “eso es lo que nos falta a nosotros”, es decir a él mismo y al gobierno que él integra.
En su lenguaje habitual, tortuoso y retorcido, está diciendo y reconociendo que ni él ni sus colegas del actual gobierno, son serios.
Uno lee estas cosas y queda preguntándose, si está ante un discapacitado mental, víctima de la falta de irrigación cerebral, o si está ante un ser capaz de auto criticarse, sin darse cuenta de lo que dice.
Creo no equivocarme, si pienso que en Nueva Zelanda, no hay ministros incapacitados intelectualmente para el cargo, sin dientes y tan mal vestidos como mal hablados.
Los países serios no hacen esas cosas con su gente, y con su imagen.
Hasta en África, un sargento devenido dictador, se preocupa por ponerse un traje y hacerse la dentadura.
Y lo segundo, sin duda que los Neo Zelandeses tienen una cultura de trabajo, influenciada por el liberalismo nórdico y anglosajón, que ya quisiéramos tener los latinos.
Para ellos, el trabajo y el éxito deben ser y son incentivados y aplaudidos, pero jamás despreciados.
Está claro que a ese país, como a cualquier país “serio”, jamás se le ocurriría hacer limosna pública y demagógica, para incentivar la vagancia y cautivar clientes políticos, como aquí, lamentablemente, hace él y su gobierno, si es que así se le pude llamar, con los dineros de la sociedad.
Cuesta concebir más descaro y cuesta aún más, concebir que haya todavía tantos orientales que no se den cuenta, que para un circo barato estaría bien, pero para gobernar, se requiere algo más que este patético remedo de ser humano.
Así le va, y le va a ir, a Nueva Zelanda y así nos va y nos va a ir, a nosotros, si seguimos tan ciegos a la realidad local y mundial.
Ellos tienen un gobierno serio, y nosotros no, dice Mujica.
Aunque usted, no lo crea.