Entre la realidad y la pavada

Navegando entre la realidad y la pavada, entre el mundo civilizado y el mundo del sueño histérico radical, entre la oportunidad y el desastre, entre la verdad terca y perversa y la mentira siempre paticorta.
El presidente vuelve de una gira por el mundo civilizado del siglo XXI, que hizo sin su canciller, para encontrarse con sindicatos manejados por radicales del siglo pasado, que no lo dejan avanzar, que piden delirios y con los que no puede dialogar, porque simplemente, hablan en lenguajes diferentes.
Debe llamar la atención por el mundo, que un presidente viaje sin su canciller en viajes oficiales.
Y vuelve y se encuentra con bancos que no funcionan, porque los sindicalistas comunistas no se ponen de acuerdo con los sindicalistas radicales, que de todos modos, de sindicalistas no tienen nada.
Si les diera a los sindicatos uruguayos, el mismo tratamiento que los gobernantes vietnamitas le dan a los sindicatos(?), otro gallo cantaría.
Se encuentra con empresas ocupadas, puentes cortados, un MERCOSUR que avanza al precipicio y a él ni lo llaman y un canciller que lo defiende.
Se encuentra con escándalos de corrupción que no se investigan, porque están mas preocupados por conocer al denunciante, que por la veracidad de la denuncia.
Perdidos en el bosque del delirio marxista, que ya nadie en el planeta recuerda siquiera, manotean desesperados para agarrar un salvavidas que está ahí, a unos metros, que nos lo han tirado varias veces, pero no podemos agarrar, por nuestra absoluta incapacidad de entender la realidad.
Cuando en el mundo hablan de educación permanente, de inversión, de generación de riqueza real, de producción y comercio, y crecen y mejoran, acá hablamos de lucha de clases, de cocteles molotov y clavos miguelito, de revolución, del che, y como si fuera poco, todavía seguimos en guerra de patentes, una guerra absurda que ya lleva décadas.
En esto han convertidos los eslóganes de campaña, maravillosamente fascistas y huecos.
Vuelve, y se encuentra con que la gente se sigue tomando el avión, (22.000 el último año) pero los socialistas se juntan para festejar unos logros que solo ellos ven, y espantado por las encuestas, tiene que iniciar la gira, pueblo por pueblo, para explicarle a la gente lo maravilloso que les va, aunque no se den cuenta.
De Vietnam a Bella Unión, donde anduvo diciendo que Uruguay y ese país son sustancialmente iguales, por pequeños, amantes de la democracia y la libertad.
Pocas veces oído semejante mamarracho.
Vietnam es dos o tres veces mas grande que Uruguay y tiene como 90 millones de pobladores. Para saber en que se parece a Uruguay, hay que explorar el cerebro del que le escribió el papelito, que leyó sin siquiera pensarlo.
Uruguay es una democracia republicana pura, lisa y llana y Vietnam una dictadura comunista salvaje, como todas, donde el poder total sobre la vida y la muerte, está en una mano sola, donde la justicia no existe, el parlamento es una payasada de partido único y elecciones libres no existen, como tampoco partidos ni prensa libres.
Una dictadura, de donde salieron muchas armas que usaron los tupas, para asesinar compatriotas, en su intento de someternos a una dictadura comunista, que fueron robadas en la guerra de Vietnam a USA, por estos mismos que hoy desgobiernan ese pobre país.
Una vez mas, el presidente se manifiesta solidario con una dictadura salvaje, con la que insólitamente nos compara y nos encuentra similares.
Aunque suene increíble…
Lonjazo