Tragedia
Durante seis meses, el gobierno estuvo trabajando en la elaboración de su presupuesto quinquenal, que no es otra cosa que llevar a los números, la propuesta de gobierno.
En ese documento, un gobierno serio, deja atrás el mundo de la demagogia, de la campaña para juntar votos, el de la promesa fácil, para entrar en el mundo de la realidad, pura y dura de lo posible.
Un gobierno poco o nada serio, sigue en el populismo demagogico y al poco tiempo se ve con un desastre económico financiero entre las manos.
En los tiempos que corren, a los gobiernos serios se les hace muy difícil, pero a los otros, se les hace imposible. Es solo cuestión de tiempo para que se suban al helicóptero y se vayan, dejando al país al borde del barranco, cuando no en el fondo.
De cualquier forma, uno siempre tiene la esperanza, el instinto de conservación, de pensar, que mas allá de las continuas demostraciones de improvisación e irresponsabilidad, hay en el gobierno una suerte de hilo conductor que le da norte y destino, hasta que ocurren cosas que terminan de desbaratar tal pensamiento.
Veamos por ejemplo el patético episodio del presupuesto.
Faltando dos o tres días para que se venza el plazo constitucional de presentación del presupuesto, nada menos que el Presidente de la República, hace una declaración pública en el sentido que “en soledad ha meditado y decidido” elevar el presupuesto de la educación, a los valores de las promesas históricas.
Como si fuera poco, ante el asombro del equipo económico, aparece el Director de OPP con la solución mágica, que supo desarrollar a espaldas del Ministro de Economía.
Acto seguido, el Ministro dice “jake mate”. “Si quieren cambiarlo, se los cambio, pero ahí va mi renuncia”, y estalló el pánico.
Pocas horas después, luego de un patético y escandaloso proceso de rumores, idas y venidas y luego de haber dejado helada a la sociedad entera con la amenaza del Ministro, luego de que éste fuera recibido en un sanatorio por el Presidente y no en un ámbito de gobierno, surge el humo blanco, el presupuesto no cambia y el Ministro se queda.
Cual fue el saldo de toda esta ridícula comedia protagonizada por nuestro superior gobierno?
1 El presidente quedó pegado, de vuelta.
2 Mujica aparece como el que sacó las papas del fuego.
3 Una vez mas, armaron una tormenta de la nada y que quedó en la nada.
4 Una vez mas, dejaron en la sociedad, mas incertidumbre y preocupación de otra cosa.
5 Una vez mas, nos dejaron con la sensación que estamos gobernados por una murga.
6 Por primera vez, una enorme parte de la sociedad tuvo miedo real de precipitarnos nuevamente en un desastre económico financiero, pero esta vez sin nadie que nos tire un cabo.
7 Y todo por un presupuesto que gasta exageradamente apostando a un crecimiento, contra el cual atentan todos y cada uno de los días, desde que legaron al poder.
Porque seamos sinceros. A quien le puede importar que Arana deje el Ministerio, o Gargano, o Mujica?
Que daño puede ocurrir si nos abandona Rosi, Muñoz o Bonomi?
Al contrario, hasta sería motivo de festejos varios.
Pero que el Ministro Astori abandone el barco, es un riesgo enorme para el país por lo que significa en términos de seriedad y credibilidad internacional.
(Si supieran!)
Por eso, esa tarde el Uruguay se quedó sin aliento, porque no era cualquier Ministro, sino EL Ministro, el que se llevaba la escalera y nos dejaba colgados del pincel.
Pero sin dudas el peor espanto, surgió del hecho de comprobar, por primera vez en seis meses, el trágico error que cometió este país en octubre pasado, cuando depositó el poder en manos de una coalición de partidos, que no tiene ni la mas pálida idea de que es, ni para donde va y que está dirigida por alguien que solo aspira a ver su ego bien inflado, y pescar brótolas.
Descubrir que en el elenco de gobierno se tiene una y solo una persona confiable y seria fue, por lo menos a la vista de la mayoría, sin quizás, el peor porrazo que nos llevamos.
Acaso el Ministro Astori tiene la salud comprada?
Que pasaría si tuviera un accidente?
Cuanto falta para la próxima crisis?
Así va a ser en cada rendición de cuentas?
Tan grande es la dependencia que tenemos de un ministro?
Esa la tragedia que vive el Uruguay y de la que recién se está despertando.
Y todavía hay quien festeje?
Lonjazo.
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