Piquetes o fogón?

Desde hace varias semanas, unos señores que dicen ser representantes de miles de deudores, liderados por un famélico dirigente al que la hambruna apenas lo tiene en pie, instalaron un piquete frente al Palacio Legislativo.
Como y a cuantos productores deudores representan, es un misterio, pero eso, al piquetero le importa un bledo.
El tipo, productor granjero, que hace semanas no produce nada porque está dedicado al piquete, no puede pagar, cosa lógica si no produce, o no quiere pagar y para eso hace el piquete.
El Señor Presidente de la República en una actitud jamás vista antes, que antes de las elecciones se burlaba de los anuncios en cuanto a que los piquetes se venían en fija en un gobierno populista, fue, habló, y le achicaron el piquete, para que la gente pudiera circular libremente, como debe ser.
El piquetero Aramir Silva, quedó contento con la visita porque dice que “la culpa no es del presidente sino de los alcahuetes que lo rodean”.
Sería bueno saber quienes son los aludidos, porque si existen es porque el presidente los trajo y tolera. Está rodeado por el Secretario y Pro Secretario de la Presidencia, los Ministros de estado, en fin.
Pero el punto cómico, para variar, lo puso el Ministro del Interior, que bien podría ser uno de los alcahuetes que menciona Aramir, cuando dijo que su ministerio no iba a intervenir porque a su juicio, el piquete “no altera el orden público”, “está protegido por la constitución” y agregó que en vez del término “piquete” que no le gusta, prefiere usar el de “fogón artiguista”.
Bueno, si no altera el orden, para que fue el Presidente a pedir que lo achicaran? Le podría haber ahorrado el paseo al Presidente, que corrió el peligro de resbalar en la bosta y despeinarse.
Aún así, si tener tractores, herramientas agropecuarias y hasta una vaca en el medio de la Avenida del Libertador no altera el orden público, el Señor Ministro tendría que definirnos que lo haría.
Por otro lado, el Señor Ministro nos informa que impedir el libre tránsito de las personas está protegido por la constitución, lo que seguramente es una nueva interpretación del artículo 10 del mencionado cuerpo normativo.
Y terminó diciendo que “confío en los sindicatos, en la clase trabajadora, en el movimiento estudiantil y en la propia autorregulación de sus medidas de lucha”.
Esa frase y lo de “fogón artiguista”, es un desvarío, seguramente producido por la ya escasa irrigación cerebral y no merece comentario.
A propósito, un rato mas tarde, unos vecinos del cerro, instalaban otro “fogón artiguista” en la ruta de acceso a Montevideo, exigiendo el cobro del salario social.
Lonjazo.