Es mi naturaleza...

“_ Sapito, me cruzarías el rió? _ preguntó el escorpión.
_ No debería, podrías picarme y matarme _ contestó el Sapo manteniendo distancia.
_ No soy tonto, también moriría yo_ dijo el escorpión con tono convincente.
_ Es cierto. Te cruzo porque pienso que nadie puede ser tan tonto _ dijo el sapo.
A mitad del cruce, el escorpión pica al sapo y le injecta su veneno.
_ ¡Que hiciste, vas a morir tu también! _ exclamó el sapo agonizando…
_ Es mi naturaleza… _ contestó el escorpión mientras se hundía hacia la muerte.

Llegando a los cien días de progresismo aplicado, el gobierno festejó cumpliendo una vieja promesa electoral.
Una tropue completa, formada por Presidente, Ministros, jerarcas, subjerarcas, secretarios, asesores, guardaespaldas y demás deudos, se trasladó en masa a Bella Unión a hacer un Consejo de Ministros en el cual, dicho sea de paso, que se sepa, no se firmó ninguna resolución.
Los contribuyentes, tan hábilmente perseguidos por impositiva, se estarán preguntando, además del costo de la aventura demagógica y marketinera, “a que fueron”?
“Se gastaron toda esa plata para decirnos lo mucho que ahorraron?”
Cuesta creer que fueron a hacer campaña electoral, como si estuvieran confundiendo, junio de 2005 con junio de 2004.
Uno ve y escucha las actitudes y los discursos del Presidente y de los Ministros y lo único que ve es campaña electoral, promesas absurdas y apoyos políticos, pero ningún hecho concreto, mas que decir, “aquí estamos, vieron que lindo, como cumplimos?”
El Presidente aprovechó la ocasión para darle apoyo político a una Ministra, que viene de quedar patéticamente en blanco como nunca se ha visto en el país, ni siquiera en la época de Wilson, que por lo menos en aquella época, los ministros, cuando quedaban pegados, tenían vergüenza y renunciaban.
Se prometieron inversiones absurdas y fundamentalmente se comunicaron los ahorros impresionantes que se lograron hacer en la nueva administración.
Entre tanto, el Ministro de Economía comunicaba con alegría el valor inmenso del acuerdo logrado con el FMI, aunque comentando, no sin cierto notorio temor, que “ahora viene la etapa de cumplir con lo convenido”, que es lo más difícil y de no lograrlo, nos metería en un desastre de proporciones inimaginables.
Uno de los elementos fundamentales para poder cumplir, es poder seguir colocando nuestra producción de carne y lácteos como ahora y tratar de aumentarla lo mas posible.
Para eso es imprescindible aprobar el tratado de inversiones con USA que en este momento está a estudio del parlamento.
Y cual es el panorama al respecto?
El tratado de inversiones con USA está corriendo peligro de no ser ratificado, en virtud de razones que son de tal grado de infantilismo y estupidez, que no valen la pena de mencionar siquiera.
No obstante lo cual, las consecuencias de la no ratificación, y lo saben perfectamente, serían terribles porque perderíamos el mejor cliente que hemos tenido en décadas y el único real amigo, que nos prestó dinero contante y sonante cuando estábamos listos para la morgue, gracias a nuestros “socios” y tradicionales “amigos” del MERCOSUR.
Porque USA, nos compra casi toda nuestra producción de carne y lácteos, con lo que se puede decir tranquilamente, que es quien nos paga las cuentas y nos para la olla.
Gracias a esas ventas, pudimos crecer hasta ahora y podemos llevar adelante el plan de emergencia social, que tanto nos preocupa.
Gracias a esas ventas, podemos seguir creciendo si hacemos las cosas bien, y aumentar aún mas nuestras posibilidades, que no son muchas.
Pero parece que nuestros parlamentarios oficialistas lo tienen que estudiar a fondo y sin apuro, porque hay un par de cláusulas que no los convencen demasiado, porque podrían molestarle a nuestros “amigos”, unos que pretenden pagar sus cuentas con vacunas dudosas, y otros que no nos dejan entrar el arroz y las bicicletas.
Aunque usted, no lo crea.
Eso sí, a pesar de nuestras penurias económicas, ninguno de ellos tuvo ningún reparo, en que el gobierno contribuyera con el 10% de la inversión necesaria para, conjuntamente con un gobierno demagogo y populista, una dictadura comunista y algún socio que tiene mucho menos o nada que perder, en instalar un canal de televisión internacional, que va a ser usado para insultar a nuestro menor cliente y amigo.
A ninguno se le ocurrió pensar que el tal convenio nos podía hacer perder soberanía o ser inconveniente a nuestros intereses.
Claro que bajo cuerda, no falta quien diga que es todo engañapichanga para que la majada crea que se resisten a ser amigos del viejo enemigo, pero que, llegado el momento igual lo van a votar.
Si eso es cierto, de todos modos, el daño que se hace a la credibilidad es enorme.
Quien puede creer en el perro que muerde la mano que le da de comer?
Lonjazo.