No es censura, es basura.

La censura es siempre reprobable.
Sea contra quien sea y provenga de donde provenga.
El problema saltó en el Canal 12 cuando le levantó el programa, si es que así se le puede llamar, al periodista argentino, si es que así se le puede llamar, Jorge Lanata, alias “el gordo”. Porque se trata de un sujeto que es una vergüenza tanto para la profesión, como para su país.
Un sujeto al que le importa un pito, la enorme función social que representa la prensa y los derechos y libertades a ella asociadas.
Un sujeto al que le importa un rábano, que lo que está transmitiendo sea verdad, media verdad o lisa y llana mentira.
Un sujeto al que lo único que le importa, es la audiencia que logra con sus técnicas de permanente escándalo, no importa el daño que con éste cause, sea a personas, sea a sociedades.
Un sujeto que realizó el mayor esfuerzo de su vida, tratando de hundir nuestro sistema financiero y con él al país, con un interés que superó con mucho el afán de informar.
Un sujeto que pretende erigirse en fiel de la balanza, impoluto dedo acusador, protegido por los fueros que le otorga una profesión a la que no honra.
Ordinario, mal hablado, abusador, y egoísta, resulta un perfecto espécimen para que medre en la pobre Argentina, que tan enorme precio está pagando gracias a estos periodistas, pero no para que venga a infectar, mas todavía, a nuestro país.
Si para medrar necesita “intocables”, que busque en su propio país, que tiene material de sobra. Puede empezar por ejemplo, por investigar el origen de la fortuna personal de su presidente y el destino de los ahorros de la provincia que manejó.
El Canal 12 debe haber recibido decenas de miles de correos, cartas y telefonemas, expresando el desagrado por la presencia de este sujeto en su pantalla. Uno por lo menos, estoy seguro que llegó.
Seguramente en función de ello, los responsables del canal, habrán pensado que un personaje tan importante en un canal tan humilde, era un verdadero desperdicio y habrán optado por deshacerse del desperdicio.
Y tienen derecho a hacerlo, porque no hay contrato eterno y porque su primera obligación es velar por su empresa, la que con este personaje, no estaba precisamente mejorando su reputación.
El Canal 12 era el primero, cuando PERIODISTAS de la talla de Neber Araújo utilizaban con dignidad y respeto sus ondas.
Profesionales que jamás necesitaron acudir a la ordinariez y el escándalo para cumplir su función, por el contrario, eran y son un ejemplo de buena educación, cultura y profesionalidad.
El Uruguay no necesitaba ni necesita de semejantes aportes. De Argentina se pueden traer cosas valiosísimas en vez de estos protagonistas del escándalo multimedia fácil y barato.
Con su compatriota Fasano, nos alcanza y sobra.
Lonjazo.