Metiendo la pata...

Una actitud política muy triste y lamentablemente muy usada, es acusar indirectamente, sin nombrar a nadie en particular, pero a sabiendas de lo que se está haciendo y a quien se está dirigiendo la acusación, que de esa forma, deviene en insulto sin dar la cara.
Es una técnica fascista ampliamente aplicada y de grandes resultados, como por ejemplo decir en un discurso público, “nosotros podemos meter la pata, pero no la mano en la lata”, con lo que se está diciendo que todos los que no están dentro de “nosotros”, “meten la mano en la lata”.
Esto viene a cuento, a la vista de la cantidad y calidad de “metidas de pata”, de este gobierno progresista, tantas, que ya empieza a hacerse difícil seguirles el rastro.
Así se fueron sucediendo, semana a semana las propuestas locas, soltar presos, las varias de Mujica, el decreto del “agua”, etc.
Tan es así, que cuando todavía no nos habíamos recuperado del sopapo de amiguismo y corrupción del Ministerio de Salud Pública, aparece el mamarracho de la fuga de menores peligrosos de un hogar del INAME, conducidos por un senador.
Parece que cuando los traviesos chiquilines festejaban un cumpleaños con un suculento asado (sería el del Pepe?), ya que estaban secuestraron personal, destrozaron las instalaciones y amenazaron con matarlos si no tenían respuesta a sus demandas.
Ante la gravísima situación, el jerarca, seguramente siguiendo el protocolo para esos casos, llamó a la policía. A quien iba a llamar si le tenían personal secuestrado con amenaza de muerte?
Es ahí que la Señora Ministra Arismendi, escoltada por su vice y un senador comunista, se hicieron presentes en el lugar de los hechos, porque querían evitar que la policía lastimara a los tiernos querubines, víctimas de la sociedad capitalista que los excluye.
Una vez constituidos, dejaron de lado al responsable de la situación y se hicieron cargo, como en la tele, para que luego de horas de cabildeos, concluyeran la crisis permitiendo que el senador jugara al chofer de una banda de delincuentes, para trasladarlos a otro hogar del INAME armados y sin custodia.
Aunque usted no lo crea.
Ah, que alegría habrá sentido la camarada Marina, al ver que la crisis se resolvía sin que la policía lastimara a ninguno de los pobres angelitos, no como hubiera hecho el anterior gobierno, que hubiera reprimido, golpeado y hasta matado, sin piedad.
Obviamente, a medio camino amenazaron de muerte al chofer-senador y se le escaparon, con lo que esta situación pasó a parecerse mucho a la complicidad en un delito de fuga de una docena de peligrosísimos inimputalbes, pero peligrosísimos al fin.
Como en el caso del escándalo del M.S.P., al quedar al descubierto el mamarracho, los involucrados no encontraron mejor actitud que tirar basura para los costados y acusar a aquellos a los que desplazaron en la conducción de la crisis, además de acusar a la herencia maldita como ya es habitual.
Uno podrá pensar que ahora sí que van a volar los participantes, pero seguramente no va a pasar nada, porque cuando termine toda esta ridícula comedia en el parlamento, como honguitos en el bosque van a volver a brotar las suficientes manitos para, no sólo no condenar la actuación ilegal y chapucera de la Ministra y un Senador, sino que además, los van a felicitar.
Lo que no van a poder hacer, ni con todas las manos del planeta, es tapar el océano de incapacidad y voluntarismo en el que naufraga este gobierno.
Lonjazo.