Hay otros...
“hay otros para colgar, antes que ese”.
Habrá sido un furcio no muy pensado del momento, o tal vez se trató de otra frasecita armada para tratar de explicar lo inexplicable, nunca lo sabremos. Pero tal, fue la explicación que el Señor Presidente dio, cuando no tenía porque, para ordenar que se descolgara un cuadro.
El Señor Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, todavía ignora que las órdenes no se explican, simplemente se dan y se cumplen, y es raro, porque en algún momento de su vida, revistó como médico en cuadros policiales, por lo que algo, debería recordar al respecto.
Pero bueno, no tiene porqué tener tanta memoria, y justamente, cuando la memoria falla, buenos son los cuadros.
Tal vez, al referirse a “otros”, el Señor Presidente se refería por ejemplo al cuadro del Cabo José Villalba, asesinado de 7 tiros por la espalda por el Ministro Mujica, el 11 de febrero de 1971.
O quizás, al cuadro de los policías Lima y Soto, asesinados cobardemente, entre otros por la Diputada Topolansky, en la puerta del Pedro Visca el 22 de setiembre de 1971.
O bien podría ser también el cuadro del Capitán Moto, asesinado en la calle y a traición por, entre otros, el Senador Fernandez Huidobro el 14 de abril de 1972.
O el cuadro del Coronel Artigas Alvarez, asesinado también a traición por Juan Vivanco, Alva Gonzalez y Enrique Osano, crimen por el que no fueron juzgados.
O del Teniente Braida, asesinado por Hugo Wilkins, quien tampoco fue juzgado.
O podría tratrarse del cuadro del Profesor Acosta y Lara, asesinado, entre otros, por Samuel Blixen y Tabaré Liscano, autor de uno de los libros que exaltan su brillante personalidad y trayectoria.
Y ya que hablamos de civiles, podría ser también el cuadro de Rafael Guidet, comerciante asesinado por Mario Mai Lima y Roberto Maeso, hecho por el cual, tampoco fueron juzgados o finalmente y no menos importante, el civil Carlos Burgueño, que cayó entre dos fuegos en el heroico copamiento de Pando.
En fin, tal vez nunca sabremos a cuales otros cuadros se refería el Señor Presidente, en el momento de ordenar que se descolgara el de los soldados asesinados cobardemente cuando montaban guardia dentro de un jeep.
Pero si sabemos que por aquellas épocas, días mas, días menos, el Dr. Vazquez, era asesor, funcionario y amigo del General Alvarez, al punto de mandarle un telegrama de felicitaciones, en ocasión de ocupar el cargo de dictador.
Por lo tanto, es dable pensar que seguramente fue uno de los asistentes al velorio y entierro de las víctimas de la insanía sediciosa, esa misma, que hoy lo elevó al cargo de comandante en jefe y cuyo heroica acción pretende ignorar u olvidar por el simple expediente de descolgar un cuadro.
Esa misma insanía, que fue la que los llevó al acto heroico de copar la ciudad de Pando, donde incluso hasta perdió la vida un civil inocente, no ha variado un ápice desde aquellas tristes épocas, tan sólo ha variado un poco en función de las épocas y de las estrategias del momento, lo que no los ha privado ni los privará ahora, de hacer su anual homenaje.
Pero claro, el Señor Presidente no va a hacer nada en lo que respecta al acto recordatorio de una acción tan violenta, salvaje y absurda como el copamiento de Pando. Para eso no van a haber frasecitas preparadas. Simplemente va a hacer su habitual y fascista “caso omiso” al asunto.
Como siempre, en dicho acto recordatorio harán uso de la palabra, los Senadores Mujica y Fernandez Huidobro, y nuevamente nos asombrarán con su caradurismo y nuevamente no mostrarán el mas mínimo arrepentimiento de sus actos.
Los asesinatos de Ramón Ferreira Escobal, Osiris Nuñez Silva, Saúl Correa Díaz y Gaudencio Nuñez Santiago; porque fueron eso, asesinatos a traición, deben ser olvidados en aras de superar viejos rencores del pasado, pero los muertos que dejaron por el camino en su intento de instalar una dictadura comunista en el Uruguay, a esos si hay que recordar.
Estas hemiplejias, nunca van a conducir a nada bueno y demuestran que el Dr. Vazquez no es el presidente de todos los uruguayos.
Lonjazo.
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