Uruguasha-sss... uruguasho-sss...

“uruguasha…sssss, uruguasho…sssss,
Asi comenzaba la primer tortura fascista, de tres horas y pico en la plaza pública, que recuerde nuestro país, ante un auditorio que nadie del gobierno se ha atrevido a cuantificar, pero que a ojos vista, no fue ni remotamente lo que esperaba la costosísima convocatoria, de los partidos que forman la colcha de retazos, llamada Frente Amplio.
Durante todo ese tiempo, con un tono pausado que le permitió leer sin perderse, arrastrando las eses en forma insoportable, no dejó títere con cabeza, no dejó tema sin tocar de los que a él le caen bien, y omitió olímpicamente los que no le convienen, al mas puro estilo Castro y su actual y nuevo émulo, el gorila de boina roja. En otras palabras, esto no fue “rendir cuentas” sino batirse el parche.
Claro que uno de los problemas de hablar tanto, peor todavía si se trata de leer tanto lo que otro escribe, es el riesgo grande de “meter la pata” y la metió hasta el cuadril, cuando confesó o se le escapó, que el acto había sido financiado por el estado, lo que configura una flagrante metida de “mano en la lata”, muy aplaudida por el idiotizado y magro auditorio, ante el asombro del país todo. El presidente estaba violando la Constitución a confesión de parte, lo que ya era tremendo, pero batirse el parche con plata ajena es, Sr. Presidente, una acto de inmoralidad y de corrupción.
Pero eso, era solo el principio. Dijo que no hay denuncias claras de corrupción, dejando en blanco a Erlich, y a los sumariantes del MSP y en general, dijo que estamos poco menos que en el país de las maravillas.
Dijo tantas cosas que es difícil acordarse, pero si algún crédulo de los que están en el exterior, o los que siguen emigrando día a día se lo creyó, seguro se vuelven en masa, colapsando el transporte internacional.
Fiel a su costumbre electorera, mintió, deformó, sobró, ironizó, en un acto de hipocresía como jamás se ha visto, sabiendo que no va a tener que contestar pregunta alguna, y que además, en pocos días, con la llegada ilustre del famoso invitado, nadie se va a acordar de nada.
La soberbia encarnada, con sus cómplices al lado y una “multitud” a los pies, como tanto le gustaba a Musollini, “multitud” cuidadosamente distribuida en dos o tres de cuadritas, que miraba con cara de “que estoy haciendo aquí”, ocultando un bostezo y haciendo un esfuerzo por tener la patética banderita en alto, esa misma que tantas veces los acompañó, mientras acariciaban un sueño, que día a día parece mas lejano y absurdo.
”El presidente viaja menos que los dos presidentes anteriores” , dijo muy canchero y sobrador en un momento memorable de la insoportable perorata, sin reparar que no ha sido criticado por viajar sino por otras cosas, como por ejemplo, mucha pesca, mucha medicina y poca presidencia.
Quizás si hubiera viajado un poco mas, no estaríamos tan mal como estamos en el ámbito internacional. Pero la soberbia contumaz no se lo permite ver. Su espejo es como el de la malvada del cuento de la Bella Durmiente y como ella, duerme un sueño irreal.
Otra baboseada que se mandó fue la de la coherencia. Dice haber sido coherente y hoy, el 49,6% de la población da Gracias a Dios que no lo haya sido, porque eso nos habría hundido en el barrial en que hoy se hunden Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina.
Gracias a Dios que ha sido tan incoherente, señor Presidente, y por favor, no cambie.
En fin, no en vano, hace ya mas de dos años, fue calificado como el demagogo mas impúdico que alguna vez haya pisado el Uruguay.
Quizás en ese momento alguien puede haber pensado que era exagerado, pero hoy ya hay quienes le agregan otras calificaciones un poco mas duras, como la de populista, cínico e hipócrita.
Hablando de cambios, si algo no ha cambiado hasta ahora, es justamente eso, y sin embargo, hubiera sido un cambio muy apreciado por el país todo.
Lonjazo