Como iglesia de campaña

Como iglesia de campaña, Gargano no tiene cura.
“Ustedes no se bancan que el presidente sea hijo de un funcionario de ANCAP ni que el Canciller se hijo de hijo de un ferroviario. Reinaldo Gargano. Canciller”.
Obviamente tiene muy baja opinión, del hecho de ser ferroviario y un mal recuerdo de su padre, que seguramente fue un hombre que vivió dignamente de su trabajo, mucho mas dignamente que él, por cierto.
El viejo resentimiento aflora siempre, basta con rascar un poquito.
Quizás por eso transitó su vida por la vía del marxismo, porque era la única que le ofrecía, por lo menos en su imaginación, la salida de la mediocridad que él siente de si mismo y de sus orígenes.
Es obvio que siente una profunda vergüenza porque su padre fuera ferroviario y la canaliza diciendo estas cosas, que no hacen mas que dejar al desnudo su alma retorcida. Resentimiento tan fuerte y profundo que no se termina ni siquiera habiendo llegado a ser canciller, bah, en realidad canciller no fue nunca, solo se sentó en el sillón del canciller, que obviamente le queda grande.
Seguramente en su interior, se pasó la vida envidiando los orígenes patricios y los apellidos ilustres de gente rica y educada.
Ahí se esconde la razón de porqué esta gente es como es. La envidia que se muestra como resentimiento. El factor humano.
Es un pobre hombre mediocre y resentido, que además de haber incitado a la lucha armada contra la democracia, dedicó su vida a igualar para abajo, para que no se notara su propia bajeza, sin tener que hacer el gasto de crecer y ganarse el respeto y la admiración de los demás, por esfuerzo propio.
Pero ni ahora siendo un pobre viejo, se da cuenta que no es posible modificar la naturaleza humana a fuerza de voluntad. Resentido e ignorante vivió y así va a terminar.
Como dijera un gran amigo que nos mira desde el mas allá, “yo no respeto las canas, sino lo que hay entre los parietales”.
“El canciller se lamentó de no tener un diario propio y se quejo de que la prensa no publica sus logros..."
Y para variar, como todos los actuales gobernantes, como no pueden explicar su mediocridad palmaria, lo primero que hacen es atacar a la prensa, que no publica debidamente sus supuestos éxitos.
Dijo que gracias a él y al embajador Korzeniak, se aumentó la exportación a Rusia y a México.
Que venga a decir que gracias al embajador trucho, que sale de embajador por ser hijo de un senador, con cero experiencia en esas cosas, Mexico nos compra carne, justamente en días que el mercado está cerrado, parece algo salido de un sainete.
Y que por él, nada menos, Rusia nos compra cosas, cuando recién está pagando viejas deudas con material bélico en desuso… no merece comentarios.
Este pobre hombre está terminando su vida política de una forma mas que triste.
Tiene suerte de que las murgas sean de izquierda, sino, sería uno de los personajes mas usados por los letristas.
Lonjazo