La zona de Lonjazo

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Location: Montevideo, Mdeo, Uruguay

Abogado y liberal

Saturday, January 13, 2007

Que visón!

A fines del 2006, y como actividad para las vacaciones, me he propuesto volver a las fuentes, a aquellas fuentes intelectuales y morales donde abrevaron los mejores, los que nos convirtieron en un país creíble y respetado.
Ardua tarea la que me propongo, porque conseguir libros de Rodó, de Vaz Ferreira, por decir solo un par de ellos, constituye un desafío, en un país donde las librerías solo proponen talentosos artistas, que han prostituido su arte ante el altar de la ideología, cuando no directamente, son simples soldaditos de la demagogia, la mentira y la sin razón. Pero todo es posible y con paciencia algo se consigue.
Así me veo con Ariel en las manos, releyendo a Rodó, en el intento de comprender lo que hoy vivimos en el Uruguay, me encuentro con algunos párrafos que mucho ilustran la realidad cotidiana.
Cultivar el buen gusto no significa solo perfeccionar una forma exterior de la cultura, desenvolver una actitud artística, cuidar, con exquisitez superflua, una elegancia de la civilización. El buen gusto es una rienda firme del criterio. Martha ha podido atribuirle exactamente la significación de una segunda conciencia que nos orienta y nos devuelve a la luz cuando la primera se obscurece y vacila. El sentido delicado de la belleza es, para Bahelot, un aliado del tacto seguro de la vida y de la dignidad de las costumbres. La educación del buen gusto, agrega el sabio pensador, se dirige a favorecer el ejercicio del buen sentido, que es nuestro principal punto de apoyo en la complejidad de la vida civilizada”.
“Hay una relación orgánica, una natural y estrecha simpatía, que vincula a las subversiones del sentimiento y de la voluntad con las falsedades y las violencias del mal gusto”.
“Cuando se evoca la oratoria de la Convención y el hábito de una abominable perversión retórica, se ve aparecer por todas partes, como la piel felina del jacobinismo, es imposible dejar de relacionar, como los radios que parten de un mismo centro, como los accidentes de una misma insanía, el extravío del gusto, el vértigo del sentido moral, y la limitación fanática de la razón.”
“La idea de un superior acuerdo entre el buen gusto y el sentido moral es, pues, exacta, lo mismo en el espíritu de los individuos que en el espíritu de las sociedades.”
Así escribía un grande, un enorme hombre que vivía en un pequeño gran país, culto, civilizado, educado, que daba mediante sus grandes hombres, brillo a la humanidad y credibilidad a aquello de La Suiza de America.
Pero, lentamente hemos dejado que ese país se fuera convirtiendo en otro patético, tercermundista, en el cual, ministros desdentados, malhablados y escabrosamente ordinarios, dan cátedra a diario de mal gusto, poniendo carne en lo que el gran pensador nos decía hace un siglo, nada mas.
El que ha podido empuñar las armas parar “convencer” a sus conciudadanos que las suyas eran las únicas y mejores ideas, si ha sido capaz de segar vidas inocentes para lograr su torcido designio, es porque se trata de alguien que nunca tuvo el mas mínimo rastro de moral, la que por lo tanto, como predijera el maestro, deviene directamente proporcional a su buen gusto.
Como bien dice Maggi, “el subdesarrollo es mental”, y a partir de la década del 60, deliberadamente hemos sido deseducados, y en ancas de esa deseducación, hemos caído inexorablemente en el subdesarrollo mental, que nos trae de la misma forma, al subdesarrollo total en que vivimos, y todo para que unos pocos subdesarrollados mentales, igualando para abajo, llegaran al poder.
Sin hay un pecado que reprocharles, es que hayan usado, entre otros, el arma de la educación, porque eso produce un daño a largo plazo, que lleva generaciones recuperar.
Mucho peor que el secuestro, la rapiña y el asesinato selectivo, el asesinato de la educación, no ataca a un joven o a un niño, los ataca a todos, agrede a la sociedad toda y a largo plazo, y eso, es lo que le han hecho al Uruguay. Es un pecado y un delito de lesa humanidad.
Tan grave es el daño causado, tan bien lo han hecho, que hoy, no solo no molesta la ordinariez supina, sino que peor aún, hasta se festeja o se toma como un mérito.
Cuando en aras de un mal llamado igualitarismo, se segregan a los grandes y ejemplares intelectos, para sustituirlos por la guaranguería rampante, solo porque estos son mas, el daño ocasionado a la sociedad aumenta en forma superlativa, y aquel desbocado e intolerante marasmo de ordinariez, reservado hasta con simpatía, solo y como excepción, para unos pocos días de carnaval, invade como gangrena a todo el organismo, y termina por asfixiarlo.
Y lo peor es que, no solamente han capturado a la educación para sus fines, sino que no la sueltan, porque saben que es el camino de su perdición, si esta vuelve a sus cauces normales de excelencia.
Así. invocando derechos que no le conceden ni respetan a los demás, se instalaron como teredo cuyo único fin es la destrucción. Y lo lograron.
Así han creado fascistas congresos, formados de especialistas, no en educación sino en el manejo de las asambleas, para poner el remache final a su maligna obra.
Y volvemos a recordar al maestro Rodó, que nos decía…
Cuando cierto falsísimo y vulgarizado concepto de la educación, que la imagina subordinada exclusivamente a un fin utilitario, se empeña en mutilar, por medio de ese utilitarismo y de una especialización prematura, la integridad natural de los espíritus, y anhela proscribir de la enseñanza todo elemento desinteresado e ideal, no repara suficientemente en el peligro de preparar para el porvenir espíritus estrechos, que, incapaces de considerar mas que el único aspecto de la realidad con que estén inmediatamente en contacto, vivirán separados por helados desiertos de los espíritus que, dentro de la misma sociedad, se han adherido a otras manifestaciones de la vida.”
En nuestro caso, peor todavía, es que sí reparan en el peligro de preparar para el porvenir espíritus estrechos, y lo hacen a sabiendas, porque es así como los quieren y los necesitan, para poder manejarlos como a una sumisa majada que alegre, se dirige al matadero.
Como bien dijo su numen inspirador, al que obviamente siguen a rajatabla…
"Si puedes cortar a la gente de su historia, pueden ser fácilmente persuadidos." Karl Marx (1818-1883). Filósofo alemán.

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