Ni pelado ni con dos pelucas

Ninguna guerra es delicada. Todas están plagadas de barbaridades cometidas por los bandos en pugna, porque la peor de todas las barbaridades, es empezarla.
Por eso, un poco de historia real nunca viene mal, sobretodo en tiempos en los que se pretende crear una historia ficticia y miope, en la cual unos fueron pobrecitas víctimas y los otros malvados victimarios.
Con la organización de la OLAS y surge la decisión de usar la violencia para conquistar el poder en todo el continente, a cuenta y mano de la URSS vía Cuba.
Si había funcionado en Cuba, porque no iba a funcionar en todo el continente?
En aquel desquiciado foro, donde se reunió lo mas graneado del socialismo delirante, los orientales tuvimos el honor de tener, por ejemplo, al Sr. Gargano y al Dr. Díaz, incitando a viva voz a la lucha armada, los mismos que hoy, se pasean con una vela en actos públicos, recordando las víctimas de esa misma lucha a la que llamaron.
El comunismo se lanzaba contra una América Latina dividida y empobrecida, usando tácticas para las cuales la víctima no estaba ni remotamente preparada, mas bien, estaba jurídicamente maniatada. Libre determinación, no intervención, y demás principios, creaban el campo de orégano para que los movimientos terroristas comunistas actuaran a placer, sin temor a ser medianamente bien combatidos. Tenían dinero, documentos, entrenamiento, armas, absoluta falta de escrúpulos para aplicar la violencia, fuera cual fuera, y un objetivo final claro. Instalar una dictadura igual a la cubana en todo el continente. Y además, tenían lo peor, el estúpido convencimiento de estar actuando bien. Era jugar y cobrar.
En el año 1974 se crea una Junta Coordinadora Revolucionaria, orquestada desde Cuba, según se puede deducir de las declaraciones del mismo dictador, formada por terroristas de los movimientos guerrilleros de diferentes países el continente, con sede en la Argentina, donde el gobierno le era favorable, o por lo menos indiferente, para organizar operaciones terroristas en diferentes países. Y así actuaron, mediante atentados, secuestros extorsivos, asesinatos, atacando a la población civil para desestabilizar gobiernos, mientras se hacían de verdaderas fortunas en dinero.
Era conveniente para el movimiento terrorista comunista, porque jugaban una guerra en la cual ellos podían, en la clandestinidad, hacer cualquier cosa, pero los países, debían someterse a las leyes y tratados internacionales. Manipulaban magistralmente las comunicaciones, la prensa libre y los organismos internacionales. Los gobiernos no podían violar los DDHH, aunque lo hacían, porque estaban bajo la observación de esos organismos mundiales creados para protegerlos, siempre llenos de comunistas muy atentos, mientras que los terroristas podían hacer cualquier cosa y siempre aparecer como pobres perseguidos. Incluso hoy día se vanaglorian de ello.
Dos años mas tarde, en el año 1976 cambia la situación política en la Argentina y se crea, entre todos los países agredidos, una organización para la obtención de información y neutralizar al enemigo común. Eso que hoy llaman el plan Cóndor. Es bastante simple. El comunismo atacaba a varios países a la vez y estos se unieron para defenderse.
En ese marco, se hicieron los famosos vuelos, si es que existió mas de uno, que es lo único probado, en los cuales se trajeron terroristas uruguayos que operaban en Argentina en las modalidades antedichas.
Venían con enormes cantidades de dinero, que se destinaron a pertrechar a las fuerzas armadas, que por entonces, estaban a la altura tecnológica de la 2° guerra mundial.
Nadie se quedó con un peso, justo es decirlo.
Los trasladados seguramente fueron asesinados y desaparecidos. Justo también es decirlo.
Consecuencia horrible de una guerra, de dimensiones continentales.
La guerra terminó con la victoria de los países agredidos, lamentablemente gobernados por dictaduras militares, que cometieron la torpeza de no volver a la democracia en forma inmediata.
Se quedaron de mas y generaron las condiciones para que hoy, los viejos terroristas tengan el poder.
La rueda completó su vuelta de 360°. Esperemos que la rueda deje de girar y de una vez por todas, podamos mirar al futuro.
Lonjazo.