Y dale con la...

“Hay gente que quiere que saquemos los carros porque no quiere ver la pobreza... “ dijo muy suelta de lengua una señora directora municipal.
Esta pobre señora, sigue confundiendo marginalidad e ilegalidad con pobreza. El mareo mental que padece, producto de décadas de dogmatismo marxista, no le permite apreciar la realidad.
Lamentablemente, así y todo, es una jerarca ocupando un algo cargo público, al que se accede aceptando cumplir y hacer cumplir la Constitución y la ley.
Pues bien, como bien decía el Dr. Tarigo, esta gente, tan sensible socialmente, pone a la legalidad de lado, para terminar no haciendo nada.
La ley establece claramente que no se puede circular en vehículos a tracción a sangre y menos aún, tripulados y conducidos por menores, pero ella considera que, como son o parecen pobres, entonces la ley no los alcanza.
Establece que la recolección de basura es potestad y obligación de la intendencia y no de los hurgadores.
Y que todos los vehículos que circulan lo deben hacer bajo normas bien claras y estrictas, que sus “pobres” protegidos no cumplen, gracias a su omisión.
Que los hurgadores, no solo no resuelven su “pobreza”, sino que terminan ensuciando y poniendo en peligro al resto de la sociedad.
En estos días hay una verdadera razia municipal, para afirmar la costumbre en los conductores del uso del cinturón de seguridad y de no manejar habiendo consumido alcohol.
Excelente. Lástima que para perseguir ese objetivo, multan y persiguen a unos que cumplen y pagan sus tributos, mientras por la nariz les pasan los carros manejados por niños. Para ellos no hay exigencia alguna, ni siquiera cuando paran donde quieren o cuando circulan contra mano.
Así funciona el municipio progre y si falta otro ejemplo, el del combate al dengue fue de Ripley.
Salieron a fumigar basurales, y los fumigaron frente a la televisión, para que el mundo viera cuan alto celo tienen por la salud pública.
Y allí quedaron los basurales. Como estaban pero bien fumigados.
Ahora, después de las lluvias, siguen juntando moscas, ratas y también mosquitos del dengue.
A ningún genio se le ocurrió, que ya que estaban podían retirarlos.
Lonjazo.