Maldita memoria

Hace ya unos cuantos años, maldita memoria, ocurrió una anécdota en la Intendencia de Montevideo, que mas allá de la risa, motivó la rápida remoción de un jerarca.
Ocurrió así:
El, por aquellos tiempos, novel intendente, el primero “progresista”, es decir, que formaba parte de una masa humana, elegida y predestinada al mejoramiento de la especie toda, había inaugurado una modalidad de gobierno de “puertas abiertas”, es decir, absolutamente demagógica y de espaldas a la realidad.
Un día por semana, porque aquel intendente no trabajaba mucho ya que seguía ejerciendo la medicina, recibía a cualquier “vecino” que quisiera hablar con él.
Obviamente, ese día se formaban largas colas de personas, que no iban precisamente a felicitar al jerarca, sino que por el contrario, iban a pedir cosas, todas cosas que el intendente no tenía armas jurídicas para conceder, pero que, de todos modos, muy bueno él, concedía igual al margen de la ley y de sus competencias como funcionario. Una forma de corrupción enmascarada atrás de la bondad.
Como bien dijo un día con cara de ángel compungido, “entre tapar un pozo y darle de comer a un niño…”, y allí quedaron los niños comiendo basura en los pozos… pero en fin, eso es harina de otro costal.
Y en esa actividad, un buen día, se le apersona un señor planteando que representa a dos familias con varios niños, que quedaban en la calle esa semana, porque se les venía el lanzamiento de la vivienda en la que habitaban.
No pesó sobre el jerarca la realidad de que, un lanzamiento sobreviene luego de mucho, muchísimo tiempo de trámites, no menos de dos años.
El noble y bondadoso (con lo ajeno) jerarca, indignado ante semejante injusticia social, inmediatamente tomó el teléfono y llamó al subjerarca correspondiente, para ordenarle la solución de tan acuciante problema a aquella pobre gente.
El subjerarca, tocado en su mas íntima fibra, tomó cartas en el asunto y llamó a la funcionaria que debía hacer el trámite, es decir, afectar el rubro correspondiente para hacer la erogación solicitada. Siempre es un problema de dinero. Al fin había llegado el día que, la gente buena y con sensibilidad social, tenía poder real para resolver los problemas de la gente necesitada.
Fue allí que se topó con la primera realidad. La repartición que dirigía, no disponía de un rubro para comprar o arrendar soluciones habitacionales para personas en situación de calle, sencillamente porque esa no era una función de las intendencias, entre otras muchas razones.
Pero semejante nimiedad no iba a amilanar a este Robin Hood criollo. Luego de haberle pasado un buen reto a la funcionaria, que se negó a cometer una ilegalidad, decidió hacerla por si mismo.
Recurriendo seguramente alguna ilegalidad contable, (pecata minuta dado el objetivo), se las ingenió para conseguir los fondos necesarios para arrendarle una vivienda a la gente, que de puro necesitada, había ido a solicitar la protección del gran líder.
Veloz como el rayo, obvió todos los trámites burocráticos previstos, y consiguió el objetivo ordenado por tan alto jefe, de relocalizar a los necesitados que clamaban por ayuda.
El hombre, había arrendado por cinco años una “solución habitacional” a nombre de la Intendencia!
Eso es socialismo en acción, caramba!!!
Lo que ignoraba el moderno hacedor de milagros, que esa “solución habitacional” que tan diligentemente había arrendado, estaba declarada ruinosa y al filo del derrumbe por la misma Intendencia de Montevideo.
Es de suponerse que ese, y los cinco años siguientes, el feliz propietario le habrá enviado, a fin de año, suculentas canastas navideñas de agradecimiento. No es para menos.
Al enterarse el buen intendente progre del mamarracho cometido, veloz cual halcón, cesó al subjerarca que tan estúpidamente había actuado.
Una cosa es ser progre y otra cosa es ser nabo. El tipo no había logrado entender la diferencia entre demagogia y realidad. Seguramente seguía imbuido del espíritu progre y pensaba que todo era posible con un poco de imaginación y buena onda.
Uno de los peores problemas que enfrenta actualmente el marxismo es que, tan bien idiotizaron a sus militantes, que ahora es casi imposible hacer que se comporten con una mínima racionalidad.
A esta altura del relato, el lector estará ansioso por saber quien fue, al decir de Montaner, el “gran idiota latinoamericano” que había hecho el ridículo de tal forma.
Paciencia lector, paciencia.
El fenómeno fue cesado, como se dijo, pero obviamente no fue radiado del partido de gobierno ni nada por el estilo. Simplemente se lo designó en un cargo mas discreto, a la espera de que la gilada se olvidara de la anécdota ridícula que había protagonizado, aunque, el asunto no había tomado demasiada notoriedad.
Así fue que durante años, fue currando carguitos sin demasiada notoriedad, hasta que vuelve a aparecer en el tapete, seguramente ya con mas experiencia y cancha, para no volver a cometer los mismos errores, si es que así se le puede llamar a la incapacidad.
Pero, dice Martín Fierro que “al que nace barrigón…”
“La presencia de Benjamín Liberoff en el Ministerio de Turismo ha despertado la reacción de la oposición. Liberoff es titular de un contrato que cada vez que finaliza, ha sido renovado. Pero el Tribunal de Cuentas lo ha observado una y otra vez. Servicio Civil entiende que la reiteración del contrato lo "desnaturaliza".
También ha habido fuertes fundamentos políticos contra su presencia. Por ejemplo, el diputado blanco Carlos González Álvarez ha pedido informes al ministro Héctor Lescano por este caso. El legislador sostiene que Liberoff "realizó viajes oficiales al exterior sin ser funcionario" del Ministerio. A su vez, su colega Jorge Gandini dijo que en el Ministerio hay un cargo técnico vacante, que es el de director de Turismo, y que no se provee. Mientras tanto, dijo que se contrata a Liberoff, que cobra $ 30.415 por mes más IVA, algo legalmente "objetable". "Se está amparando o protegiendo a una persona que se quiere tener en un cargo determinado", protestó.
Esta intervención irritó al ministro Lescano, que lo defendió a ultranza. Sostuvo que Liberoff "es un excelente técnico y una de las personas que más sabe de turismo en el país". "Lo seguiré teniendo hasta cuando pueda, en el marco de la Constitución y la ley", advirtió Lescano. Gandini respondió que no cuestiona a Liberoff, "sino al ministro" Lescano. El ministro aceptó su responsabilidad en el caso."
Si, amigo lector, es el mismo. Aunque usted no lo crea. Y ahora parece que es una de las personas que mas sabe de turismo en el país. En realidad es arquitecto, pero parece que le gusta mas el turismo.
Si sabe tanto de turismo como de trámites de alquiler en las intendencias, estamos listos.
Lonjazo.