Mienta, mienta mucho...

Los izquierdistas siguen insistiendo en la vieja y fascista calificación de las personas en izquierda y derecha. Blanco y negro, bueno y malo, lindo y feo. Y obviamente, ellos son los buenos y lindos, y todos los demás, lo opuesto.
Tiene la belleza de la simplicidad, tan bien recibida por los cerebros perezosos.
Cada vez que pueden, tiran el dardo “derecha”, como si esto fuera algo vergonzante y en realidad, de serlo, no lo es mas que “izquierda”.
Porque “derecha” se identifica con Mussollini y Hitler, algo muy malo y “izquierda” con Lenin, Stalin, Pol Pot, Mao, Castro, tan malo o peor que lo anterior.
Pero, se las han ingeniado para meter en el imaginario colectivo, que el término “derecha” implica algo así como un insulto, y con ello, lograron poner, a los que no son de izquierda, en una suerte de posición defensiva, que los deja vulnerables, porque a nadie le gusta parecer el malo de la película.
Es una técnica fascista que, a ojos vista, funciona muy bien, porque lograron cambiar las cosas.
Desde siempre, lo malo, lo espúreo, lo deleznable, lo satánico, siempre fue “siniestro”, y ese término proviene del latín y significa “izquierdo”.
La falsa dicotomía, es entonces, una de las tantas falsedades con la que han lavado el cerebro de millones de personas durante el siglo XX y bien que les ha funcionado.
Fieles al goebeliano principio, “mienta, mienta mucho que siempre algo queda”, siguen en la brecha, sin prisa y sin pausa, y cuando leen algo como esto, en vez de controvertirlo con argumentos, se limitarán a sentenciar, “es de derecha”, y listo, se terminó el análisis. Y Hitler y Lenin, sonriendo en la tumba.
Pero le den la vuelta que le den, lo cierto es que no es verdad, esa dicotomía en la humanidad no existe.
La ubicación política de las personas, como tantas otras cosas humanas, es circular, tiene infinitos matices.
Lo curioso es que, en ese círculo, las famosas “izquierda y derecha”, están juntas, pegadas.
Una en el cero grado y la otra en el 360ª. Juntas en la base ideológica y en el resultado antihumano que lograron.
La izquierda, astutamente ha tratado de desmarcarse de esa realidad, de mostrarse como diametralmente opuesta a la derecha, por aquello de que el nazismo y el fascismo eran “derecha”, pero los hechos son tercos.
Ideológicamente son primas hermanas, y ni la una ni la otra, han hecho jamás nada bueno por la humanidad, porque son el mismo perro, infinitamente incapaz y malvado, con diferente collar.
Lonjazo.