La zona de Lonjazo

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Location: Montevideo, Mdeo, Uruguay

Abogado y liberal

Monday, April 24, 2006

Tenía que ser...

El ministro de Kirchner, Anibal Fernandez declaró a Radio 10 de Buenos Aires, que “si Tabaré no tiene capacidad para detener la obra, ¿como va a hacer si el día de mañana la planta contamina y tiene que detener su producción”, con marcada ironía el ministro político argentino agregó que “para tomar decisiones de fondo la reunion tendrá que ser entre el Presidente Kircher y el presidente de Botnia”.”
Que maravilla, está tan ensoberbecido que ni se da cuenta que en su propia ironía, está mostrando el germen de la gran patraña que montaron. “Si algún día la planta contamina”, dice, reconociendo que todo esto es un montaje, por las dudas, una excusa, para ocultar la verdadera razón de sus actitudes, pero que tarde o temprano vamos a descubrir.
Ser “porteño” es algo único. Tiene un sino a cuestas, una marca, pero que a su portador, en vez de avergonzarlo, inexplicablemente lo agranda. El tipo va por la vida haciendo el ridículo, siendo la risa y la indignación del prójimo, sin darse ni cuenta o peor aún, sin importarle, hasta orgulloso de ser despreciable.
Alguien dijo un día, que si hay algo en este mundo, peor que un “porteño” guarango y desubicado, es un provinciano o un uruguayo aporteñado, y de eso, dan suficiente ejemplo, Busti y Gargano, y tantos otros.
Pero la fama no es puro cuento, y si bien no es extrapolable a todos, los que hay, que no son pocos, hacen fuerza y pico, para tener la merecida fama que ostentan, urbi et orbi.
Dijo otro muy observador, no hay mejor negocio en el mundo que comprar un “porteño” en lo que vale, y venderlo en lo que él cree que vale.
Quizás como nunca antes, nuestra hermana República Argentina, ha sido capaz de poner en el poder, a porteños tan pero tan chantas y carentes de buena fe, aunque a mi juicio, sigue siendo un error electoral que no mancha al gran pueblo argentino.
Los Italianos supieron poner a Musollini, los alemanes a Hitler, y no por eso eran todos malos o tontos. Los pueblos a veces se equivocan y lo terminan lamentando, pero el ejemplo no suele ser bien apreciado y siempre aparece un Lula, o un Chavez, o un Kirchner, o un Evo, para repetir la historia, o un Tabaré.
Hay varios puntos de vista desde los que se pueden hacer comentarios a esta parrafada porteña de mal gusto, típica de lo peor que son capaes de engendrar nuestros hermanos argentinos.
Así que como el viejo Jack, vamos por partes.
El ministro Fernandez, podrá ser un porteñito mequetrefe y pedante, sobrador, pagado de si mismo, un poco mareado de poder, pero de tonto, no tiene un pelo del bigote.
El sabe muy bien que el gobierno uruguayo no tiene capacidad jurídica para detener una obra privada legítima, sin arriesgar un incumplimiento gravísimo tanto en lo interno civil, como en lo internacional.
Sabe también que el gobierno uruguayo no puede, ni tiene porque, darse el lujo de destratar a un inversor que está aumentando su PBI, mas o menos en un diez por ciento y que ha actuado de acuerdo a lo convenido.
Sabe también muy bien, que si algún día la planta contaminara, ahí si el gobierno uruguayo tendria armas jurídicas, contractuales y morales para actuar en consecuencia y que lo haría sin titubear.
Sabe también que el Uruguay tiene sobrado prestigio y tradición de respeto a la legislación ambiental, tanto local como internacional, y que llegado el momento, no va a necesitar de nadie y mucho menos un porteño de cuarta, que le diga, cuando y como hacer cumplir la ley, aún cuando en el gobierno estén actuando incapaces demagogos como los actuales.
Asumo que sabe todas estas cosas, porque es la hipótesis menos mala, porque pensar lo contrario, nos llevaría a conclusiones mucho peores.
Entonces... si sabe, como suponemos, todas estas cosas, a que viene salir a la opinión pública con semejante porteñada fascista?
Quizás pretenda pasar por canchero, o pretenda hacer llegar a su público, que no es, gracias a Dios, todo el pueblo argentino, que lo que ellos hacen allí es lo lógico y normal en todos lados, cuando en realidad no es así.
Esas cosas no ocurren en todos lados, sino sólo en algunos lados, y todos ellos, muy malos ejemplos.
Aquí un presidente, por mas prepotente y patán que sea, no puede cambiar a gusto y gana los jueces ni retar a los parlamentarios, ni propios ni de otros partidos, ni modificar los contratos a piacere.
En Uruguay los contratos siempre se cumplieron y se cumplen, y aunque en el último año, haya llegado al poder un paquete de fascistas, todavía no se atreven a tanto.
En Uruguay, no estafamos entre aplausos miles de millones de dólares a tenedores de deuda soberana, para después con eso, financiar clientelas políticas piqueteras y pagarle, eso si muy prolijamente, al FMI.
En Uruguay, un Intendente no perdería en el exterior quinientos millones de dólares de su Departamento. Eso en Uruguay, gracias a Dios todavía es raro, muy raro y si ocurriera, el destino sería la cárcel, o la fuga al exilio, pero jamás la presidencia de la república.
Para terminar su ironía barata de teatro de revista, cancherea con que la solución del problema la van a terminar encontrando los presidentes de la empresa y Kirchner.
Abunda pero no sobra recordarle al bocón, que la empresa Botnia, ya tuvo la mala experiencia de tratar con políticos argentinos, y decidieron que era tan peligroso como desagradable. Peligroso por la inseguridad del resultado, (muchos lechones para pocas tetas) y desagradable por la compañía y por lo tanto, les pareció menos insalubre cruzar un río y tratar con gente seria y responsable.
No ignora que Finlandia en el norte de Europa y Uruguay en el sur de América, tienen el honor y el orgullo de estar entre los países mas cuidadosos del medioambiente y menos corruptos del mundo, así como tampoco ignora que su propio país está entre los mas corruptos y contaminados del mismo mundo, que para peor, cada día es mas chico, comunicado y cristalino.
Ni siquiera un patán como él, puede ignorar que un gobierno estafador no suele ser visto como un buen interlocutor a la hora de planificar inversiones enormes a largo plazo, de modo que hasta él, debe suponer que es muy difícil que el presidente de la empresa se siente a hablar con Kirchner, ni con nadie de su patético gobierno.
Mejor haría en guardarse las ironías y canchereadas de gurepí abusador, o que las usara, si le diera el cuero, con otros vecinos que no son tan pacíficos ni legalistas como nosotros, si se tiene tanta fe. Pero eso no es esperable, ningún mono se sube a palo podrido.
Guapear contra el que sea, puede ser tonto, pero tiene un cierto aire de valentia romántica, pero abusarse sólo de los que aparentemente están en inferioridad de condiciones, es de cobardía de la mas patética, cosa de maulas.
Unos pocos cientos de kilómetros mas al norte, Brasil está construyendo una planta similar, pero ni a éste ni a ninguno de sus preocupados gobernantes, se les ocurre tirar ironías ni meterse a piquetearles las carreteras con viejas a sueldo.
Las bravatas de gobiernos delirantes ya le han dado demasiados disgustos a los argentinos, y no tan lejanos en el tiempo.
Donde estaba este actorcito de reparto de comedia barata, cuando un gobernante tan delirante como su amigo K, se despachaba la estupidez histórica de las Malvinas?
El pobre ministro, lleva el nombre de un grande de la historia, pero no le hace honor al mismo.
Es un porteño... de cuarta, y una vergüenza para Argentina, los argentinos y América toda.
Lonjazo.