La zona de Lonjazo

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Location: Montevideo, Mdeo, Uruguay

Abogado y liberal

Tuesday, June 20, 2006

Desparpajo

En la lógica de los tiempos que corren, en nuestra sufrida América, y especialmente en nuestro querido y querible Uruguay, cada día vamos cayendo mas y mas en las profundidades del desaliento y cada día que pasa, nos preocupa menos y nos afecta menos, que nos mientan, que nos desprecien y que nos usen, como si fuéramos huéspedes de un zoológico lleno de subhumanos, que estamos allí encerrados para satisfacer a unos pocos demagogos hipócritas, que desde afuera de las jaulas, se burlan de nosotros.
Al principio nos parecía cómico, nos daba risa, que haciendo las cosas que hacían y con el pasado que traían, hubieran entrado en la competencia política, porque dábamos por descontado que la gente, informada, inteligente, cultivada, jamás podría caer víctima de la astucia de semejantes personajes.
Pensamos que esa gente, que había tenido la nobleza de la amnistía, jamás tendría la misma carga de torpeza, que iban a tener claro que perdón no significaba extender un cheque en blanco a una manga de delirantes y mucho menos, darles el poder total. Pensamos mal.
Así, por acción y por omisión los fuimos dejando hacer, mentir, tergiversar, les fuimos dando espacios vitales, les perdonamos hasta la violencia con la que intentaron someternos, todo en virtud de aquellos viejos principios orientales del Uruguay, de respeto, tolerancia y democracia.
Como bien dice Ravel, la democracia el único sistema que lleva en si el germen de su destrucción, porque no tiene forma de defenderse sin atentar contra si misma. Esto lo saben sus enemigos y lo usan descaradamente, sin darse cuenta, ellos tampoco, que no es buena cosa molestar al león cuando está en la jaula, porque nunca se sabe cuando se va a escapar.
Y así, a lomos de la demagogia mas rampante jamás vista, en ancas de un conglomerado que no era capaz de tener dos opiniones similares por mas de una semana, lograron seducir a los suficientes compatriotas, para conquistar por las urnas, lo que no supieron lograr por la fuerza.
Inútil fue advertir, inútil fue informar, inútil fue demostrar, probar y comprobar la mentira demagógica sobre la que flotaban, y que era de cajón que a nada bueno conduciría, porque simplemente, era mentira.
No primó la razón en los orientales, solo hubo pasión, inducida y orientada brillantemente por genios de la ingeniería social.
Hoy, en nuestro otrora orgulloso Uruguay, tenemos que soportar por televisión, la vergüenza de ver a nuestro presidente, tergiversar algo que ocurrió hace sólo cuatro años, con el descaro mas insultante que describirse pueda.
O cuatro años es mucho o la memoria es muy poca, para que la sociedad se aguante en silencio, que un Presidente diga alegremente que de aquella terrible crisis, se logró salir, gracias solamente a que el gobierno de entonces, accedió a modificar la política económica que aplicaba, en función de la que él y su grupo proponía.
Es demasiado grande el descaro, demasiado brutal la desfachatez. Los Uruguayos no estamos acostumbrados a tanto desparpajo, por mas que durante años intentaron convencernos que “los políticos” (todos menos ellos, claro) eran cualquier cosa menos bonitos, no obstante, jamás hasta ahora un político uruguayo, había dado espectáculos tan denigrantes, tanto para él mismo como para la investidura que tiene.
Es una vergüenza que para satisfacer la ambición de una persona o un grupo, hayamos llegado tan bajo y hayamos caído tanto, respecto del orgulloso pasado que tenemos.
Es una vergüenza que ya no nos riamos mas de aquellos que prometían las calles en bajada y las canillas de leche en las esquinas.
Ahora creemos en cosas mas difíciles todavía.
Se puede ser tolerante con una metida de pata, incluso hasta con errores serios, porque somos todos humanos y estamos arriesgando el error, pero no es tolerable que nos tomen el pelo de esta forma, mas bien, es inaguantable.
Además, a la vista del resto del mundo, que ve como nos trata, nos deja como una majada de idiotas.
No se puede perder tanto la referencia, no se puede perder tanto el orgullo …
No se puede aceptar que nos representen sujetos que ya no son capaces de sostener ni siquiera una presencia personal digna.
Aunque es un pozo sin fin, no se puede seguir cayendo en la mediocridad.
Lonjazo.