La zona de Lonjazo

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Location: Montevideo, Mdeo, Uruguay

Abogado y liberal

Tuesday, January 30, 2007

Derecho Internacional?

Ser juez es difícil. El árbitro la saca mas fácil pero el juez, tiene la vida complicada. Porque el juez, tiene la potestad de fallar una controversia, de acuerdo a la ley y de obligar a que ese fallo sea cumplido, lo que lo carga con una mochila muy pesada. Nadie está libre de equivocarse.
Los jueces internacionales, la tienen peor todavía, porque no pueden obligar a que su fallo sea cumplido. No tienen forma de hacerlo. Dependen totalmente de la buena fe de las partes que los convocaron, y eso, a veces no está presente. Hitler, Musollini, Stalin, entre otros, jamas tuvieron buena fe. Se reinan a carcajadas de los tratados y tribunales internacionales, tanto que hoy, subsisten algunos “estadistas” que no le van en saga en su intento por imitarlos.
Dadas estas circunstancias, entonces, el prestigio personal y profesional de los magistrados y el del organismo al que representan, corren el gravísimo riesgo de caer en peor de los ridículos, si ocurre que su fallo es desconocido, lo que constituye una presión mas que suficiente a la hora de emitir su fallo.
Así, a la hora de fallar, el tribunal además de tener en cuenta todas las pruebas aportadas por las partes, tiene que soportar la carga del desprestigio eventual, tanto personal profesional, como el del organismo para el cual trabaja, si su fallo es desoído.
Pero ahí no termina la cosa. Pongamos por ejemplo el ultimo fallo de la CIJ, que decidió no hacer lugar al pedido de medidas cautelares de Uruguay, a propósito de la actitud de los piqueteros de Gualeguaychu y del Gobierno de Argentina.
En este caso el tribunal quedo en un verdadero callejón sin salida. Veamos.
Tanto los piqueteros, anunciando que no acatarían un fallo adverso, como el gobierno argentino anunciando públicamente que no obligaría a los piqueteros a cumplirlo, estaban ejerciendo una presión indebida sobre el ánimo del tribunal, presión taimada y artera, actuando sobre los magistrados.
Pero porque callejón sin salida? Porque luego de ese triste y fascista espectáculo, el tribunal sabía que si fallaba en contra de argentina, tal fallo no iba a ser cumplido y si fallaba a favor, iba a ser visto por la opinión publica, como que fue producto de la presión, para no quedar en ridículo ante el eventual incumplimiento.
De forma tal que, cualquiera que hubiera sido el fallo, quedó viciado de legitimidad y seriedad, al introducirse la duda sobre las verdaderas razones que lo llevaron a fallar como falló.
Si algo le faltaba al derecho internacional para terminar de caer en desprestigio total era esto. Ya la ONU, se había convertido en un organismo incompetente y politizado, el Consejo de Seguridad lamentable y anacrónico y la Asamblea General una murga, cuyo ultimo acto estuvo a cargo del primate de boina roja que desgobierna a Venezuela.
Ahora, el organismo jurisdiccional de mayor rango internacional ha emitido un fallo viciado de credibilidad y encima, enviando al mundo un mensaje tétrico... “violen las leyes internas, los tratados, incumplan, que no pasa nada”.
Como corolario, y como si fuera poco, las mas altas autoridades argentinas, aparecen públicamente fanfarroneando y burlándose, como si se tratara de un partido de fútbol, haciendo que los delirantes redoblaran la apuesta, cortando no solo uno, sino todos los puentes que comunican esta parte de América.
Ese es el mensaje que las sociedades están recibiendo, justo cuando la humanidad mas precisa lo contrario.
Uruguay nunca debió dar el paso de solicitar medidas cautelares, sabiendo que la CIJ es sumamente reacia a adoptarlas, y menos, cuando tenía tan poca solidez en la prueba. Actuó irresponsablemente.
Argentina, jamás debió presionar como presionó al organismo. Actuó irresponsablemente.
Ambos gobiernos, una vez mas, hacen gala de su absoluta falta de criterio, respeto, conocimientos y previsión del daño que pueden hacer con actitudes apresuradas. Actúan como todos los populismos baratos, sin pensar en el futuro.
En este caso, salió perdiendo nada menos que la Corte Internacional de Justicia, que en poco tiempo, tendrá que fallar sobre el fondo del asunto con su credibilidad mellada.
Lonjazo

Saturday, January 13, 2007

Que visón!

A fines del 2006, y como actividad para las vacaciones, me he propuesto volver a las fuentes, a aquellas fuentes intelectuales y morales donde abrevaron los mejores, los que nos convirtieron en un país creíble y respetado.
Ardua tarea la que me propongo, porque conseguir libros de Rodó, de Vaz Ferreira, por decir solo un par de ellos, constituye un desafío, en un país donde las librerías solo proponen talentosos artistas, que han prostituido su arte ante el altar de la ideología, cuando no directamente, son simples soldaditos de la demagogia, la mentira y la sin razón. Pero todo es posible y con paciencia algo se consigue.
Así me veo con Ariel en las manos, releyendo a Rodó, en el intento de comprender lo que hoy vivimos en el Uruguay, me encuentro con algunos párrafos que mucho ilustran la realidad cotidiana.
Cultivar el buen gusto no significa solo perfeccionar una forma exterior de la cultura, desenvolver una actitud artística, cuidar, con exquisitez superflua, una elegancia de la civilización. El buen gusto es una rienda firme del criterio. Martha ha podido atribuirle exactamente la significación de una segunda conciencia que nos orienta y nos devuelve a la luz cuando la primera se obscurece y vacila. El sentido delicado de la belleza es, para Bahelot, un aliado del tacto seguro de la vida y de la dignidad de las costumbres. La educación del buen gusto, agrega el sabio pensador, se dirige a favorecer el ejercicio del buen sentido, que es nuestro principal punto de apoyo en la complejidad de la vida civilizada”.
“Hay una relación orgánica, una natural y estrecha simpatía, que vincula a las subversiones del sentimiento y de la voluntad con las falsedades y las violencias del mal gusto”.
“Cuando se evoca la oratoria de la Convención y el hábito de una abominable perversión retórica, se ve aparecer por todas partes, como la piel felina del jacobinismo, es imposible dejar de relacionar, como los radios que parten de un mismo centro, como los accidentes de una misma insanía, el extravío del gusto, el vértigo del sentido moral, y la limitación fanática de la razón.”
“La idea de un superior acuerdo entre el buen gusto y el sentido moral es, pues, exacta, lo mismo en el espíritu de los individuos que en el espíritu de las sociedades.”
Así escribía un grande, un enorme hombre que vivía en un pequeño gran país, culto, civilizado, educado, que daba mediante sus grandes hombres, brillo a la humanidad y credibilidad a aquello de La Suiza de America.
Pero, lentamente hemos dejado que ese país se fuera convirtiendo en otro patético, tercermundista, en el cual, ministros desdentados, malhablados y escabrosamente ordinarios, dan cátedra a diario de mal gusto, poniendo carne en lo que el gran pensador nos decía hace un siglo, nada mas.
El que ha podido empuñar las armas parar “convencer” a sus conciudadanos que las suyas eran las únicas y mejores ideas, si ha sido capaz de segar vidas inocentes para lograr su torcido designio, es porque se trata de alguien que nunca tuvo el mas mínimo rastro de moral, la que por lo tanto, como predijera el maestro, deviene directamente proporcional a su buen gusto.
Como bien dice Maggi, “el subdesarrollo es mental”, y a partir de la década del 60, deliberadamente hemos sido deseducados, y en ancas de esa deseducación, hemos caído inexorablemente en el subdesarrollo mental, que nos trae de la misma forma, al subdesarrollo total en que vivimos, y todo para que unos pocos subdesarrollados mentales, igualando para abajo, llegaran al poder.
Sin hay un pecado que reprocharles, es que hayan usado, entre otros, el arma de la educación, porque eso produce un daño a largo plazo, que lleva generaciones recuperar.
Mucho peor que el secuestro, la rapiña y el asesinato selectivo, el asesinato de la educación, no ataca a un joven o a un niño, los ataca a todos, agrede a la sociedad toda y a largo plazo, y eso, es lo que le han hecho al Uruguay. Es un pecado y un delito de lesa humanidad.
Tan grave es el daño causado, tan bien lo han hecho, que hoy, no solo no molesta la ordinariez supina, sino que peor aún, hasta se festeja o se toma como un mérito.
Cuando en aras de un mal llamado igualitarismo, se segregan a los grandes y ejemplares intelectos, para sustituirlos por la guaranguería rampante, solo porque estos son mas, el daño ocasionado a la sociedad aumenta en forma superlativa, y aquel desbocado e intolerante marasmo de ordinariez, reservado hasta con simpatía, solo y como excepción, para unos pocos días de carnaval, invade como gangrena a todo el organismo, y termina por asfixiarlo.
Y lo peor es que, no solamente han capturado a la educación para sus fines, sino que no la sueltan, porque saben que es el camino de su perdición, si esta vuelve a sus cauces normales de excelencia.
Así. invocando derechos que no le conceden ni respetan a los demás, se instalaron como teredo cuyo único fin es la destrucción. Y lo lograron.
Así han creado fascistas congresos, formados de especialistas, no en educación sino en el manejo de las asambleas, para poner el remache final a su maligna obra.
Y volvemos a recordar al maestro Rodó, que nos decía…
Cuando cierto falsísimo y vulgarizado concepto de la educación, que la imagina subordinada exclusivamente a un fin utilitario, se empeña en mutilar, por medio de ese utilitarismo y de una especialización prematura, la integridad natural de los espíritus, y anhela proscribir de la enseñanza todo elemento desinteresado e ideal, no repara suficientemente en el peligro de preparar para el porvenir espíritus estrechos, que, incapaces de considerar mas que el único aspecto de la realidad con que estén inmediatamente en contacto, vivirán separados por helados desiertos de los espíritus que, dentro de la misma sociedad, se han adherido a otras manifestaciones de la vida.”
En nuestro caso, peor todavía, es que sí reparan en el peligro de preparar para el porvenir espíritus estrechos, y lo hacen a sabiendas, porque es así como los quieren y los necesitan, para poder manejarlos como a una sumisa majada que alegre, se dirige al matadero.
Como bien dijo su numen inspirador, al que obviamente siguen a rajatabla…
"Si puedes cortar a la gente de su historia, pueden ser fácilmente persuadidos." Karl Marx (1818-1883). Filósofo alemán.